Por Zaira Eliette Espinosa
“Solo lo escrito puede permanecer pues las voces y sus sonidos, de manera ineludible, desembocan en el silencio y pueden ser fácilmente acalladas, malinterpretadas, omitidas, olvidadas”.
Lo anterior es un breve fragmento de la novela “Los vigilantes”, de la escritora chilena Diamela Eltit, publicada en conjunto con otras dos de sus novelas: “El cuarto mundo” y “Mano de obra” en un mismo tomo de la colección Tierra Firme del FCE.
La edición publicada en 2021 es un gran acierto editorial, un regalo para quienes admiramos la obra de Eltit, una amalgama literaria de inmensas profundidades sociales atravesadas por percepciones del cuerpo y la memoria.
Para Sandra Lorenzano, quien prologa este libro, Eltit “plantea en sus novelas una suerte de épica —o contraépica en sentido más estricto— de la marginalidad”. El golpe militar que se impuso en Chile en 1973 dando pie a la dictadura, propició en la obra de la autora una resistencia declarada y determinada a la sobrevivencia en un escenario político que, más que desesperanzador, estaba lleno de cuestionamientos.
Eltit se fragmenta y al mismo tiempo se autoconstruye una línea central en su discurso tanto narrativo como poético. Sus tres novelas se asoman a los vacíos y clamores de una tregua con la vida, con la justicia, y al mismo tiempo proponen un orden individual de prosa sin condiciones ni reservas.
En “Los vigilantes”, la relación madre e hija oscila como péndulo en la percepción de la vigilia, existe un sentido sensor, un organismo invisible que juzga y sostiene el mando de la represión. “Los atardeceres me acongojan pues siento cómo la caída de la luz me empequeñece”, dice Eltit y refiere al atardecer de la propia palabra.
Sobre la violencia ejercida sobre los cuerpos incluso desde el lenguaje, trata “El cuarto mundo”. Un trayecto por los sinsabores del no reconocimiento de las identidades sexuales. Se aborda el trasfondo de género, así como el tema de la marginalidad que provoca en la sociedad. En esta obra, reaparece la constitución familiar de madre y padre, las figuras de choque, el desamparo y el encierro.
Luego en “Mano de obra”, desde su primer apartado titulado “El despertar de los trabajadores” nos iniciamos en una lectura de un trasfondo crítico, un atisbo a la relación producto-cliente, la atmósfera que se desencadena en la rutina de las faldas de los poderes económicos. Aparecen personajes en la bruma del capitalismo dando cuenta de las inestabilidades del sistema.
Diamela Eltit obtuvo el Premio de Literatura y Lenguas Romances 2021, el máximo galardón que otorga la FIL – Guadalajara.

Tres novelas
Diamela Eltit
(FCE, 2021)



