Por José Jaime Ruiz
Con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo México va mejor. Todos los indicadores así lo señalan, hasta quienes se dicen oposición así lo afirman, sólo los apartidistas tienen un nivel considerable de desaprobación, según la encuesta de Enkoll-El País. Inclusive la presidenta (78%) supera en aprobación al expresidente Andrés Manuel López Obrador (72%) en su primer año. La relación con el gobierno de Donald Trump no ha tenido dificultades serias, si acaso la disminución del monto de las remesas en los meses pasados por la política anti migratoria de su administración.
Un estudio del periódico Milenio destaca en su titular: “Popular, poderosa… y vigilada: cómo ven a Sheinbaum desde el Capitolio”. Y señala en la nota: “Su doble rasero de firmeza y diplomacia frente a las embestidas de Donald Trump provocaron simpatías. Incluso desde el Congreso de los Estados Unidos ven con malos ojos que un arancel desmedido o una intervención extraterritorial en materia de combate al crimen organizado puedan acabar con la serenidad de la primera presidenta de México.
“Pero en Washington, la simpatía no exime del escrutinio. Desde la semana uno, el Servicio de Investigación del Congreso (CRS) comenzó a desplegar su arsenal de reportes, memorandos y diagnósticos. Con asistencia de herramientas de Inteligencia Artificial, MilenIA revisó seis documentos extensos elaborados durante el primer año de gobierno de Sheinbaum. Allá la ven como popular, poderosa y reformista, pero también alertan sobre tentaciones autoritarias”.
La oposición está prácticamente borrada. Según la encuesta de Enkoll: “No hay todavía en el horizonte de la oposición una formación o figura que aproveche el desencanto por el desgaste morenista, lo que ha dado lugar a que aumente, en cambio, el apartidismo, que pasó de 13% en diciembre de 2024 a 20% en septiembre. El PRI, que gobernó México durante siete décadas, es calificado negativamente por el 73% de la población, seguido por el PAN, rechazado por el 58%. MC, PT y PVEM –estos dos últimos aliados de Morena– presentan cifras equilibradas entre su aprobación y rechazo. Morena es respaldado por el 62% de los ciudadanos. El 58% dice que nunca votaría al PRI, el 17% que no votaría al PAN y el 13% a Morena”.
Cambio sin continuidad, cambio con reversa
Como en los coches, en política hay cambios que son reversa: “La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer: en este interregno se verifican los fenómenos morbosos más variados”, escribió Antonio Gramsci en Los cuadernos de la cárcel (cuaderno 3, 1930). Algunos, enfáticamente el almirante Rafael Ojeda y el senador Adán Augusto López se alejaron de las enseñanzas de López Obrador en su despedida del activismo público: “No permitan que los antiguos vicios y perversiones de la política florezcan en nuestras filas. Eviten la prepotencia, la búsqueda del poder por el poder, la soberbia, la corrupción, el nepotismo y el sectarismo”. Si los desviacionistas quedan impunes, el Segundo Piso de la Cuarta Transformación de la vida pública del país no se cumplirá.
El 5 de octubre o el músculo tonificado
Los mexicanos están alegres y hasta felices. Así lo demuestran los recorridos de transparencia y rendición de cuentas en el primer año de mandato de la doctora Sheinbaum por todos los estados del país. El próximo 5 de octubre el Zócalo será una plaza rebosante, un respaldo contento con la 4T, no es para menos, pero puede ser para más. Mano de hierro envuelta en un guante de terciopelo, Claudia Sheinbaum Pardo sigue haciendo historia por su estilo plural de gobernar con la gente y con un gabinete eficaz que ha dejado atrás, muy atrás, lo que se denominó Presidencia Imperial. La gobernanza de Claudia hace verdaderamente pública la vida pública de México porque, por el bien de todos, primero los pobres.
