El conflicto comercial entre Estados Unidos y China, más allá de los aranceles, tiene otro frente, que abarca la tecnología, la propiedad intelectual y la influencia geopolítica, es la Guerra de los Chips. En esta lucha por el control de las materias primas, la producción y el aprovechmiento de los microprocesadores, el gobierno de los Países Bajos intervino el 13 de octubre a la empresa Nexperia , fabricante de semiconductores y propiedad de la empresa china Wingtech Technology, invocando la Ley de Disponibilidad de Bienes de 1952, que jamás había sido utilizada, y que otorga al Estado intervenir para garantizar el suministro de bienes estratégicos en situaciones de crisis; publica SPR.
Wingtech adquirió en octubre de 2018 Nexperia, luego de años de pérdidas de miles de millones de dólares anuales; desde entonces la empresa mostró un crecimiento sostenido con ganancias superiores a los dos mil millones de dólares anuales desde 2021.
El Ministerio de Asuntos Económicos de Países Bajos justificó la intervención señalando que Nexperia maneja tecnologías de posible uso civil y militar, lo que genera un riesgo potencial de transferencia de conocimiento hacia Beijing. Además, las autoridades neerlandesas consideran contar con “motivos fundados para dudar de una gestión adecuada” por parte de Zhang Xuezheng, responsable de Wingtech y Nexperia. Sin embargo, medios como Financial Times han asegurado que Estados Unidos forzó a los Países Bajos a actuar contra Nexperia para evitar que fuera incluida en la lista negra comercial estadounidense
En respuesta, China impuso el 14 de octubre una prohibición de exportación a la filial de Nexperia, interrumpiendo la cadena global de suministro y amenazando la capacidad de Nexperia para abastecer a sus clientes en todo el mundo.
Esta prohibición se suma a las limitaciones que Beijin anunció la semana pasada sobre la exportación y el uso de tierras raras chinas, exigiendo licencias especiales para la exportación de estos minerales y de la tecnología para procesarlos, también justificadas oficialmente por razones de seguridad nacional y para evitar su uso en aplicaciones militares por parte de actores extranjeros.
Esta medida de China provocó una respuesta inmediata de Donald Trump quien impuso aranceles del 100% al gigante asiático, sin embargo, en esta Guerra de los Chips, China domina el 70% de la minería de tierras raras a nivel mundial y el 90% de su procesamiento y refinado, otorgandole una ventaja sobre las cadenas de suministro globales, incluyendo Estados Unidos, que tan sólo para uno de sus nuevos aviones de combate F35 requiere 417 kilogramos de tierras raras, cruciales para el funcionamiento de los más de 2 mil 400 aeronaves que tiene planeado construir en las próximas dos décadas.
Imagen portada: SPR
