Elementos de la Policía Nacional del Perú mantienen desde esta tarde un cerco alrededor de la Embajada de México en Lima, en una movilización que ha encendido alarmas sobre un posible acto de intimidación y sobre el respeto a la inviolabilidad de sedes diplomáticas; publica SPR.
De acuerdo con fuentes diplomáticas mexicanas, agentes armados se colocaron en accesos y perímetros de la misión, registrando movimientos y tomando fotografías al personal que entra o sale.
Es importante recordar que la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas obliga al Estado anfitrión a proteger las embajadas, pero sin hostigar ni obstaculizar su funcionamiento. Funcionarios consultados señalan que el despliegue policial rebasa un esquema normal de seguridad y podría constituir presión sobre México ante un eventual caso de asilo político.
¿Qué es la inviolabilidad de las sedes diplomáticas?
La inviolabilidad de las sedes diplomáticas es uno de los principios más sólidos del derecho internacional y está garantizado por la Convención de Viena sobre Relaciones Diplómaticas de 1961, tratado al que tanto México como Perú están suscritos. Este principio establece que ninguna autoridad del país anfitrión —incluidas fuerzas policiales, militares o judiciales— puede ingresar en una embajada, registrar sus instalaciones o detener a una persona dentro de la misión sin autorización expresa del jefe de la representación.
Si bien el país anfitrión tiene la obligación de brindar protección a las sedes diplomáticas para garantizar su seguridad, esa presencia no puede transformarse en hostigamiento o presión. El despliegue policial que excede la custodia y se convierte en vigilancia intimidatoria contraviene el espíritu de la Convención, porque condiciona el trabajo de la representación y afecta su funcionamiento normal. Esa es una de las mayores preocupaciones en torno al cerco policial que hoy rodea la Embajada de México en Lima.
Aunque suele afirmarse popularmente que las embajadas son “territorio del país que representan”, en términos jurídicos siguen formando parte del territorio del Estado anfitrión. Sin embargo, se encuentran bajo un régimen especial de inmunidad, que protege no sólo los edificios, sino también los archivos, comunicaciones, equipos y valija diplomática, los cuales no pueden ser interceptados, incautados ni revisados.
La gravedad de una violación a la inviolabilidad diplomática quedó evidenciada en el caso de Quito en 2024, cuando fuerzas ecuatorianas irrumpieron por la fuerza en la Embajada de México para detener al exvicepresidente Jorge Glas. Aquella acción, condenada ampliamente, derivó en la ruptura de relaciones diplomáticas y en un caso ante la Corte Internacional de Justicia. Ese precedente explica por qué la movilización policial en Lima genera alarma: en la región, un cerco puede ser el paso previo a una escalada que ponga en riesgo uno de los pilares del sistema diplomático mundial.
Imagen portada: SPR
