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EU prohíbe libros de autores latinos y minorías

De casi 4 mil títulos censurados en 45 estados, más de la tercera parte son de autores latinoamericanos. PEN América censura a la diversidad racial e identidad de género.

La censura literaria en Estados Unidos ha llegado a niveles que no se habían conocido; publica MILENIO.

“Nunca antes tantos estados habían aprobado leyes o regulaciones para facilitar la prohibición de libros”, advierte un informe de PEN América, que además señala que esta supresión de títulos también se extiende a través del gobierno federal de Donald Trump.

En otro análisis, publicado en febrero, la centenaria organización de escritores denunció que más de la tercera parte (el 36 por ciento) de todos los libros prohibidos presentan personajes o personas de color, lo que incluye a latinos.

Por ejemplo, obras de autores latinoamericanos consagrados como Gabriel García Márquez (Cien años de soledad y El amor en los tiempos del cólera), Isabel Allende (La casa de los espíritus) y Laura Esquivel (Como agua para chocolate), los chicanos Rudolfo Anaya (Bless Me, Ultima) y Sandra Cisneros (The House on Mango Street), e incluso otras de no ficción como las biografías de Frida Kahlo y Celia Cruz, y Una historia afroamericana y latina de los Estados Unidos, de Paul Ortiz, fueron vetadas en distritos escolares y hasta a nivel estatal por contenidos considerados “inapropiados”, como referencias sexuales o críticas al capitalismo y al colonialismo.

Igualmente, una cuarta parte de los títulos excluidos tiene personas o personajes de la comunidad LGBTQ+, como Aristotle and Dante Discover the Secrets of the Universe y The Lesbiana’s Guide to Catholic School, de los autores de origen mexicano Benjamin Alire Sáenz y Sonora Reyes.

En general, el triste premio de los libros prohibidos con mayor frecuencia en el último año son obras de Stephen King, Ellen Hopkins, Sarah J. Maas, Jodi Picoult y Yũsei Matsui.

La censura literaria afecta a autores latinoamericanos. | Foto: Especial

En bibliotecas públicas, la American Library Association (ALA) reporta que en cumplimiento de directivas anti-DEI (diversidad, equidad e inclusión) decretadas por el presidente Trump, las autoridades realizan retiros masivos de títulos en centros federales como la Biblioteca Nimitz de la Academia Naval y las escuelas del Departamento de Defensa, lo que afecta textos sobre etnias y minorías, como las perspectivas latinas, así como los de temas LGBTQ+.

Prohibir libros se hace normal

Para enfatizar la situación insólita y extrema que está siendo impuesta en Estados Unidos, PEN América abrió su informe titulado La normalización de la prohibición de libros con un párrafo impactante:

“Nunca antes en la vida de ningún estadunidense se habían retirado sistemáticamente tantos libros de las bibliotecas escolares de todo el país. Nunca antes tantos estados habían aprobado leyes o regulaciones para facilitar la prohibición de libros, incluyendo la prohibición de títulos específicos a nivel estatal. 

“Nunca antes tantos políticos habían intentado presionar a los directores escolares para que censuraran según sus preferencias ideológicas, incluso amenazando con fondos públicos para exigir su cumplimiento”.

Por censura, el documento se refiere a la imposición de medidas que impiden, aunque sea temporalmente, el acceso de los estudiantes a un libro debido a su contenido. Esto incluye los títulos catalogados como “restringidos”, a los que solo pueden acceder con autorización de los padres o si están cursando determinados grados o niveles educativos.

Solo en el último año, entre el 1 de julio de 2024 y el 30 de junio de 2025, PEN America registró 6 mil 870 incidentes de censura de libros en 45 estados y 451 distritos escolares. Esto aumenta a 23 mil el número de casos desde julio de 2021, pues este es ya “el cuarto año escolar de la campaña contemporánea para prohibir los libros, e ilustra los continuos ataques a los libros, las historias, las identidades y las historias”.

Esto es consecuencia, sostiene el documento, de que organizaciones conservadoras a nivel nacional y local “han explotado los miedos y las ansiedades de los padres para ejercer control ideológico sobre la educación pública en todo Estados Unidos mediante tácticas consistentes y coordinadas”, con lo que generan un «miedo a la educación» que “ha producido cambios a nivel local, estatal y, cada vez más, federal, a un ritmo alarmantemente rápido, resultando en nuevas políticas que no solo reducen el derecho de los estudiantes a leer y aprender, sino que también eliminan las protecciones para educadores y bibliotecarios”.

Las incómodas imágenes de no blancos y LGBTQ+

En esta “normalización” de la censura destacan tres estados, Florida, Texas y Tennessee, gobernados por republicanos, además de que está tomando fuerza en Pensilvania, Michigan y Minnesota, con poderes divididos entre republicanos y demócratas.

Pero también se está produciendo a nivel federal. La administración Trump, del Partido Republicano, introdujo cambios importantes en las políticas públicas a través de órdenes ejecutivas como la Ending Radical Indoctrination in K-12 Schooling y Ending Radical And Wasteful Government DEI Programs (“terminar con el adoctrinamiento radial en primaria, secundaria y preparatoria” y “terminar con los radicales y dispendiosos programas gubernamentales de diversidad, equidad e inclusión”), por las que retiraron casi 600 libros en escuelas del Departamento de Defensa.

Florida, Texas y Tennessee destacan como los estados con mayor normalización de censura. | Foto: Especial

En su informe El estado de las bibliotecas estadunidenses 2025, la American Library Association (ALA) documenta 821 intentos de censura en instalaciones públicas en 2024, en tanto que en 2020 y los años previos rara vez superaban los 300.

El reporte también integra la lista de “los 10 libros más desafiados de 2024”, que encabezan títulos relacionados con identidad étnica y LGBTQ+ como All Boys Aren’t Blue (no todos los chicos son azules, de George M. Johnson) y Gender Queer, de Maia Kobabe y otros con exploraciones de raza y género.

PEN América coincide en un reporte previo, Portada a portada. Análisis de los títulos prohibidos en el curso escolar 23-24, en que las minorías étnicas y sexuales son un objetivo de estas campañas de supresión literaria.

“El 73 por ciento de todos los títulos gráficos e ilustrados presentan representación LGBTQ+, personas o personajes de color, o abordan la raza o el racismo”, señala el informe.

Molestan las letras que muestran a las personas diferentes pero todavía más que eso, incomoda verlas.

Imagen portada: MILENIO

Fuente:

// Con información de Milenio

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: lostubos
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