Por Obed Campos.
Es cierto, la pandemia por el SARS-CoV-2, alias Covid-19, alias coronavirus, trae a la gente estirándose los pelos (los que tienen, que no es mi caso), mordiéndose las uñas y/o fumando como chacuacos.
La paciencia es lo que escasea más en este tiempo (y a lo mejor se entiende) y eso ha costado vidas.
El 30 de abril pasado murieron 6 regios que buscaban llegar por vía aérea al estado de Texas, cerrado (aunque no del todo) por vía terrestre. Los infortunados buscaban la segunda dosis de la preciada vacuna.
A mucho orgullo, siempre recuerdo que soy de Allende, Nuevo León, una ciudad pequeña (se enojan mis paisanos si le pongo que es un pueblito) a menos de 60 kilómetros de Monterrey.
Pues bien, me enteré hace unos días que un aprovechado médico en contubernio con un comerciante, estuvieron comercializando “vacunas contra el Covid” a razón de 25 mil pesos la dosis.
Fueron cientos los creídos y hay, al menos, una docena de gente enferma de Covid, entre los clientes no satisfechos. Obvia decir que no era un fármaco lo que les inyectaron, sino, con suerte, agua destilada. Creo que la autoridad ya tiene conocimiento de ese caso.
Y para no salirme del tema del Covid, la frontera y los aviones, leo con curiosidad que Aileen Ramos, directora de la Oficina de Convenciones y Visitantes de Laredo, Texas, ofrece formalmente vacunar a los mexicanos que estén interesados en quedarse unos días por allá.
Lo que le faltó decir, obvio, es que los interesados deben de llegar por vía aérea, porque el puente sigue cerrado al tráfico “normal”.
Y también le faltó pedir que la autoridad mexicana componga, aunque sea un poco, la inseguridad que hay en las dos carreteras Monterrey-Nuevo Laredo, convertidas en tierra de nadie.
DESCONFIANZA EN “CONTROL Y CONFIANZA”
La Coordinadora de desarrollo institucional Centro de Información para la Seguridad del Estado de Evaluación, Control y Confianza (CISEC) Johana Joselyn Hernández Ríos, relacionada con Seguridad Pública del Estado, ha causado un malestar en las filas de esa agrupación.
Resulta que de mero arriba ordenaron que ante la situación por la pandemia y viendo el esfuerzo que el personal realiza con tanto riesgo, les aumentaran el sueldo a los elementos.
Pero como Hernández Ríos es quien toma las decisiones por encima del Director administrativo Carlos González, ella ordenó que no se diera el tal aumento, pero que la partida económica se la pasaran para “administrarla”.
Y ante las quejas, Hernández Ríos comenta que tiene todo el respaldo del candidato a diputado federal por el PAN, Manuel González, secretario de Gobierno con licencia.