Por Federico Arreola.
La ruleta
Javier Treviño ha escrito sobre un hecho sorprendente: que un importante empresario de Monterrey, Álvaro Fernández Garza, por las razones incorrectas, haya realizado un video de redes sociales sólo para respaldar, pública y abiertamente, a uno de los candidatos a presidente municipal de Monterrey, Francisco Cienfuegos, del PRI.
Lo que me sorprende no es la incapacidad argumentativa en temas políticos del señor Fernández Garza, sino que en su posición, director general de Grupo Alfa —una de las más grandes empresas de México—, haya decidido tomar partido. ¿Lo merecían sus socios, sus colaboradores, sus clientes? El que apuesta en la ruleta electoral lo más probable es que pierda, y creo que el mencionado empresario ya perdió, y mucho.
Perjudicó a Paco Cienfuegos
No tengo nada en contra del candidato Cienfuegos, del PRI-PRD, quien sin duda es un político eficaz, pero creo que el empresario Fernández Garza lo perjudicó con su video.
En efecto, quiso el hombre de negocios descalificar a Luis Donaldo Colosio Riojas, de Movimiento Ciudadano, pero Fernández Garza lo único que logró fue recordarnos que Monterrey ha dejado de ser una pujante ciudad de emprendedores porque la mayoría de sus actuales líderes de empresa son herederos sin iniciativa que sin ser brillantes todo lo controlan, en todo se meten y, por lo mismo, han impedido el surgimiento de una clase empresarial nueva, más pujante, más joven y por lo tanto más creativa.
Un viejo para nada destacado
Álvaro Fernández Garza, un hombre viejo casi de mi edad —soy apenas un año mayor que él— no ha hecho nada en su vida que realmente valga la pena, excepto heredar un enorme patrimonio de sus padres, lo que incluye acciones del Grupo Alfa, que ahora dirige con pésimos resultados: en su gestión, esta empresa histórica y queridísima por todos los regiomontanos, ha perdido valor a pasos más que acelerados.
Qué diferente es su hermano Mauricio Fernández, quien sin duda se ha ganado, por sus actividades políticas y artísticas, un lugar de privilegio en la historia de Monterrey.
Criticó el viejo y nada trascedente señor Fernández Garza al joven y ejemplar Colosio Riojas, precisamente por su juventud. Qué vulgaridad.
La juventud es una virtud
Ello nos recordó, como dijo Javier Treviño, que Monterrey lo que necesita son nuevos liderazgos: ¡a la basura ya lo echado a perder!
Los argumentos de Fernández Garza son tan falsos que los refutan emprendedores de época, verdaderos genios de la economía de mercado que han crecido gracias a la innovación producto de la juventud con la que se embarcaron en grandes aventuras: Bill Gates inició su negocio a los 19 años de edad, casi adolescente; Steve Jobs, otro empresario histórico, a los 21 años, y Jeff Bezos a los 30 años.
En el Monterrey empresarial, ahora dominado por herederos que no han emprendido nada desde abajo, no habrían tenido ningún apoyo Gates, Jobs y Bezos, entre muchísimos otros. Gente como Álvaro Fernández Garza los habría bloqueado.
La ventaja significativa
A Javier Treviño le pareció sorprendente la referencia despectiva que el empresario Fernández Garza ha hecho a la inexperiencia. A mí no me ha sorprendido: me ha indignado.
La verdad de las cosas es que los líderes más jóvenes tienen una ventaja significativa sobre los más viejos. Cito a Treviño:
1. Dan la bienvenida al cambio. Los líderes más jóvenes aceptaron el cambio y demostraron grandes habilidades para comunicar e implementar sus nuevas ideas. Tienen el coraje de hacer cambios difíciles, posiblemente porque su falta de experiencia les hace ser más optimistas sobre sus propuestas de cambio. Están más dispuestos que “los más experimentados” a ser los campeones del cambio.
2. Son inspiradores. Los líderes más jóvenes saben cómo hacer que los demás se llenen de energía y entusiasmo para lograr los objetivos. Pueden inspirar a otros para que logren altos niveles de esfuerzo y producción en un grado aún mayor que sus contrapartes más experimentadas. Sus colegas mayores tienden a liderar “empujando” mientras que los más jóvenes lideran “tirando”.
3. Son receptivos a la retroalimentación. Están extremadamente abiertos a la retroalimentación. Piden retroalimentación sobre su desempeño con más frecuencia y buscan formas de digerir e implementar la retroalimentación. Los líderes de mayor edad, por el contrario, tienden a estar menos dispuestos a pedir y responder a los comentarios de sus colegas.
4. Están dedicados a la mejora continua. Esto puede ser el resultado de haber invertido menos en el pasado, pero los líderes más jóvenes están más dispuestos a desafiar el statu quo. Buscan constantemente formas innovadoras de realizar el trabajo de manera más eficiente y con mayor calidad.
5. Se centran intensamente en los resultados. Tienen una gran necesidad de logros, de construir historias de éxito y ponen toda su energía en hacer realidad sus objetivos. Por el contrario, cuando alguien ha estado en una organización durante un largo período de tiempo, es fácil que se vuelva complaciente y que considere que el statu quo es suficiente.
6. Son buenos para establecer metas ambiciosas. Los líderes más jóvenes estaban más dispuestos a comprometerse con metas ambiciosas. Algunos líderes de mayor edad y “más experimentados” han aprendido las mañas para no tener que trabajar tan duro ni correr el riesgo de quedarse cortos. Los líderes más jóvenes son más propensos a establecer metas ambiciosas e inspirar a su equipo a lograr tareas difíciles.
Lo siento, señor Fernández Garza, pero Monterrey apoya al joven
Monterrey merece un nuevo liderazgo. Nuestra ciudad necesita un líder joven para lograr el cambio. Debemos jubilar la vieja política, comprender las fortalezas de este grupo más joven, aprovechar la oportunidad para una mayor productividad.
Luis Donaldo Colosio Riojas es líder en las encuestas porque la gente en general no coincide con Fernández Garza. Como Javier Treviño, los regiomontanos han visto cualidades en Luis Donaldo Colosio que le hacen tener una ventaja significativa sobre sus contrapartes mayores o “más experimentados”.
¿Cuáles son tales cualidades? Sigo dejando que Treviño hable:
√ Es honesto, es un campeón del cambio, inspirador, receptivo a la retroalimentación, enfocado en la mejora continua, centrado intensamente en los resultados, siempre establece metas ambiciosas.
√ Puede ser que Colosio no tenga toda la experiencia, pero eso se soluciona con su talento, su habilidad y decisión para conformar el mejor equipo de trabajo, experimentado, de mujeres y hombres honestos, con las mejores mentes y los mejores perfiles.
Después de innumerables alcaldes atrofiados, fallidos y corruptos, ya necesita Monterrey la creatividad y la decencia de la juventud que quiere cambiar las cosas para bien.