Por Jorge Narváez.
Está por terminar el Guardianes 2021. Fue un torneo especial por significar el regreso del futbol tras ser suspendido por la pandemia y por el retorno de la afición a los estadios.
Serán 52 días de ayuno del fútbol. En esos días los clubes se supone que deben aprovecharlos para contratar a jugadores, pero ese tiempo está quedando obsoleto, pues muchas directivas buscan a refuerzos cuando ni siquiera acaba el torneo. En ese tiempo se lleva a cabo el casi extinto Draft en donde se oficializan los fichajes, otra práctica innecesaria.
La búsqueda de prospectos se puede tornar como un distractor para los jugadores y eso es culpa de las directivas. Faltan 90 minutos para que concluya por completo el torneo y Tigres puja por un elemento de Cruz Azul. Esa situación más allá de motivar al jugador, lo pone en una situación complicada, pues ya no solamente tiene que concentrarse en la Final, también en pensar a tomar una mejor decisión.
Estas pausas son muy esperadas por los aficionados, por los anuncios de refuerzos no sólo de jugadores nacionales, sino de extranjeros, y esto se ha tornado una batalla campal para ver qué equipo tiene al mejor y quién paga más. Desde Gignac a la fecha «todos» los jugadores pujan por tener a un elemento de renombre. Todos pujan, pero sólo unos pocos tienen la capacidad financiera para lograrlo.
En el tema de la contratación de directores técnicos también se da en esta pausa, sin embargo, es recurrente que en el transcurso del torneo se presenten renuncias o destituciones.
También en esos 52 días los equipos aprovechan para irse a la playa en la denominada “Pretemporada”, que es otra de las actividades que ya no son tan necesarias para los jugadores. Antes iban al sur, para aprovechar las condiciones para tener una preparación física mejor, pero ahora con el avance de tecnología existen aparatos que dan mejores resultados y hasta el Parque Ecológico Chipinque otorga los mismos resultados que la playa.
Para el siguiente torneo habrá más cambios derivado de la pandemia y consensados con todos los dueños de los equipos. Se mantiene el formato de repechaje, una situación que tiene descontentos a la afición, pero ellos no son los expertos. También se elimina el gol de visitante y esto es nuevo para el futbol mexicano que estará en prueba para evaluar su funcionamiento. Si se tratara sólo de un deporte, los clubes tendrían la última palabra. Pero se trata de futbol profesional, un espectáculo y además un negocio millonario. Así hagan todos los ajustes, cambios y regulaciones, al final siempre será la taquilla la que mande.
Fotografía: Cruz Azul/ ONCE diario