Por Eloy Garza González.
Como todos sabemos, la división de poderes en México la forman el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Aparte de ellos, están los poderes fácticos: cámaras patronales, sindicatos y así, que buscan también su ración de influencia política. Pero por encima de ellos, dominan otro tipo de poderes que el jurista italiano, Luigi Ferrajoli, adjetivó como salvajes.
Estos poderes salvajes yacen en la sombra, pero afloran en las campañas electorales, manchando el proceso que culmina este 6 de junio; penetra en los círculos del gobierno, los sectores productivos y hasta cierto segmento de la prensa. Son poderes como tentáculos de un gigantesco pulpo: se podrán liquidar sus extremidades, podrá ser seccionado cada tentáculo, pero habrá muchos más reproduciéndose sin cesar.
La política de cortar tentáculos del crimen organizado ha sido un fracaso en los gobiernos del PRI y del PAN y de Morena. Sin excepción. Es mejor degollar la cabeza del invertebrado. Y la cabeza está formada por cuentas financieras. Si se le pega al cerebro económico de ese poder salvaje, se le hiere definitivamente.
No está mal combatir a las empresas fantasmas y a los proveedores de facturas piratas con cuentas en paraísos fiscales. Sin financiamiento, el pulpo no puede mover sus tentáculos.
Sin embargo, mientras se aprueba la Reforma Fiscal, en tanto se detectan las cuentas bancarias ilícitas, los poderes salvajes están matando agentes federales, minando fuerzas militares, vulnerando a la Guardia Nacional; disparando contra víctimas inocentes.
Crece exponencialmente el número de muertos, sin contar los asesinatos de candidatos a cargos de elección popular. Desde septiembre a la fecha se han presentado 174 incidentes violentos en el país; han sido masacrados 88 políticos.
De ellos, 34 eran candidatos en activo. Alma Barragán, candidata de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Moroleón fue acribillada en pleno acto de campaña, mientras hacía uso de la palabra, a la vista de decenas de simpatizantes.
Mi amigo Abel Murrieta, candidato por MC a la alcaldía de Cajeme, Sonora, ejecutado mientras encabezaba otro evento de campaña. El crimen organizado preside un Estado paralelo al constitucional. No hay estrategia de seguridad exitosa con tanta muerte impune.
En la mayoría de los casos que menciono no se han consignado culpables: ni intelectuales ni materiales. Estas tragedias ya cotidianas eclipsan cualquier política pública de seguridad.
Y los disturbios sociales, y el cierre de vialidades, y los cadáveres carbonizados, y el caos intencional. Los poderes salvajes dan coletazos peligrosos. ¿Le alcanzará el tiempo al gobierno de AMLO para pulverizar los recursos económicos del crimen organizado antes de sufrir una desestabilización social o ingobernabilidad?
Se tendrán que hacer cambios a la de ya en el gabinete de seguridad y al compás de los nuevos gobiernos en los 15 estados que cambiarán gobernador este domingo 6 de junio.
En serio, las cosas se degeneraron desde Aguililla, Michoacán, y luego Iguala, Guerrero, hasta llegar a Tamaulipas, Guerrero, Sinaloa y Sonora. Pocos abrazos y muchos balazos. Y cada vez estamos más acorralados por los poderes salvajes que creíamos en franca retirada. Esto sí es grave.