Por Francisco Tijerina Elguezabal.
“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor,
la electricidad y la energía atómica: la voluntad”
Albert Einstein
Sería ideal el que siguiendo la buena voluntad demostrada por los alcaldes metropolitanos que están en Guadalajara acompañando al Gobernador electo para tomar cursos de capacitación sobre gobiernos metropolitanos, el ejercicio se pudiese extender a otras instancias.
Sería sensacional el poder reunir a quienes formarán la próxima legislatura en Nuevo León y junto con ellos a los dirigentes de los partidos políticos para pactar un gran acuerdo por Nuevo León en el que todos se comprometan a anteponer por encima de cualquier interés personal, de grupo o partidista, el beneficio de la población.
Sería todo un detalle de civilidad política y de altura de miras el que todos los niveles se sentaran alrededor de una mesa y fijaran prioridades y objetivos, pero no sólo de ideales por cumplir, sino tangibles y cuantificables, con plazos y alcances, para de esta forma tener un verdadero plan de acción, sabiendo todos a quién le corresponden qué tareas y cuándo debe tenerlas listas.
Sería un gran logro, no de Samuel García sino del estado, la firma de un Pacto por Nuevo León, un ideario con bases mínimas no de obras o alcances, sino de compromisos firmes en cuanto a formas y maneras de estar y comportarse, del respeto mutuo y el respeto a la ciudadanía.
Y todo es posible con un solo ingrediente: voluntad.
Ojalá que todos pongan de su parte y empiecen a pensar, de una vez por todas, en quienes los tienen hoy en el poder.