Por Francisco Tijerina Elguezabal.
“Estás viendo y no miras”
Don Baldomero Garza
¡Ah como les encanta hacerse tarugos a algunos funcionarios públicos!
Por años hemos dicho que el problema del puente de Avenida Revolución a la altura del Arroyo Seco en su circulación de sur a norte, es el peralte de la curva (y mira que no soy ingeniero), pero a fuerza de cruzar por el lugar 50 años te das cuenta de por qué se dan los accidentes un día sí y otro también.
Lo mismo sucede en la misma avenida, en el mismo sentido, al momento de subir a la joroba de Chapultepec. De a tiro por viaje, pero más cuando llueve, algún auto brinca el camellón y se estampa contra los que vienen de norte a sur.
¿La solución luego de dos seguiditos? Poner un “filtro de velocidad” unos metros antes que no sirve para maldita la cosa.
Y ayer volvió a ocurrir exactamente lo mismo, porque antes de subir al paso elevado hay una pequeña curva, y porque hay acumulación de agua en el carril de alta velocidad, y porque hay una pequeña banqueta que no detiene a los vehículos que derrapan.
No lo platico de oídas, ya me ha tocado a mí circular de norte a sur y librarme por milímetros de que otro coche me pegue de frente en ese mismo lugar.
La solución sería extender el murete separador de los dos sentidos por varios metros más hacia el sur, para que ahí se detengan los coches y choquen con la barda y de esta manera no vayan se estampen de frente contra otros vehículos.
Pero no, nunca es culpa de la pésima ingeniería vial que tenemos, siempre será culpa de los automovilistas y así, seguirán cobrándoles no sólo la multa por chocar y los daños a la “propiedad municipal”, sino que seguirán arreglando las cosas de la misma manera para que sigan pasando los mismos accidentes.
Ojalá y que nunca, lo digo de verdad, sea uno de sus familiares la víctima de su desatención.