El término cobot describe robots colaborativos; primos de los robots construidos para la interacción segura entre humanos y robots.
A diferencia de los robots industriales que están aislados del contacto humano, los cobots están hechos de materiales livianos, con bordes suaves, movimientos suaves y equipados con muchos sensores para evitar colisiones. Como tales, son perfectamente adecuados para trabajar junto a los humanos como «compañeros de trabajo». Y a menudo, los cobots reciben instrucciones, u «órdenes sobre marcha» (sin juego de palabras), de un conjunto de aplicaciones con las que están interconectados.
De robots a cobots
A principios de la década de 1950, George C. Devol, un inventor de Louisville, KY, inventó y patentó un manipulador reprogramable llamado «Unimate» (abreviatura de «Universal Automation») que es ampliamente aceptado como el primer robot moderno. Aunque Devol hizo todo lo posible para vender su producto futurista a la industria, no hubo interés hasta 20 años después. A finales de la década de 1960, el empresario e ingeniero Joseph Engleberger adquirió la patente Unimate, la modificó y fundó la empresa «Unimation» para fabricar y comercializar los robots Unimate. Desde entonces, los historiadores de robots han celebrado a Engleberger como el «padre de la robótica».
Avanzó rápido hasta finales de la década de 1990, cuando General Motors patrocinó una iniciativa para encontrar una manera de hacer que los robots fueran lo suficientemente seguros para trabajar en equipo con las personas. Una patente de 1997 titulada «Cobots» describe «un aparato y método para la interacción física directa entre una persona y un manipulador de propósito general controlado por una computadora.»
Se espera que para 2025 el mercado de robots colaborativos alcance los 12.3 mil millones de dólares y una tasa de crecimiento compuesta de más del 50% anual. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé una transformación en el 14% de los empleos industriales debido a la integración de robots para aumentar la eficiencia de los procesos y disminuir los gastos de producción.
Según datos de la Federación Internacional de Robótica, México es el noveno lugar en el mundo en cuanto a automatización y robótica, con más de 5,700 robots instalados en varias empresas.
La interconexión como facilitador de la evolución de los robots
Los dispositivos se clasifican como robots si proporcionan algún nivel de automatización industrial de una tarea repetitiva. Los humanos preprograman robots para esas tareas, y las máquinas funcionarán sin contacto humano en un espacio limitado para mantener a los trabajadores fuera de peligro.
Una ventaja importante que ofrecen los cobots es el potencial para ayudar a liberar a los trabajadores de las fábricas a realizar trabajos aburridos, repetitivos e incluso peligrosos que no aprovechan la creatividad y el ingenio de los humanos. Si bien la interconexión puede ser necesaria en algunos tipos de aplicaciones robóticas, como instruir a los robots sobre qué hacer, no siempre es necesaria.