Por Francisco Tijerina Elguezabal
“No basta saber, se debe también aplicar.
No es suficiente querer, se debe también hacer.”
// Goethe
Lo escribí hace ya mucho tiempo, César Garza tiene todo para ser un político importante que le devuelva al PRI presencia e importancia en Nuevo León; el tiempo ha pasado y las cosas siguen exactamente igual.
Sí, César fue reelecto en la alcaldía de Apodaca y fue el candidato a alcalde con mayor votación a su favor en las pasadas elecciones, pero eso no significa más que la evaluación de su gestión en un municipio.
Experiencia, capacidad, diálogo con los distintos grupos, concertación… lo tiene todo, ¿y
Diese la impresión de que a Garza le gusta estar montado en el filo de la navaja, en la indefinición de aquel que deshoja la margarita entre el sí quiero y no quiero. Sin embargo, los tiempos y las circunstancias exigen definiciones claras y el asumir posturas contundentes ante el reto que se avecina.
A César le gusta mantener un bajo perfil, “nadar de muertito”, mantenerse bajo el agua y sólo de cuando en vez, pero muy de vez en cuando, sacar la cabeza para decir “aquí estoy” para que volteen a verlo y después de eso volverse a hundir hasta el fondo.
Mantiene un comunicación constante con sus seguidores en redes sociales, los cuida y atiende, les hace transmisiones en vivo, dialoga e interactúa, pero como dicen por ahí: “No se moja”.
Se aleja de temas controversiales, habla de cuestiones específicas que afectan su entorno y evade opinar sobre los grandes temas que afectan la vida de Nuevo León. Con los asuntos de su partido es cauto, demasiado diría yo, buscando estar bien con todos.
César podría tomar el liderazgo moral del PRI en Nuevo León y desde ahí empezar a construir una plataforma de cara al futuro. Podría ser el referente obligado del partido tricolor, pero el asunto es que diese la impresión de que no lo quiere hacer.
¿Por qué?
Esa es la gran pregunta, porque tiene la capacidad y la experiencia para hacerlo, porque cuenta con el respaldo de varios grupos y no es mal visto hasta por quienes aspiran a los mismos encargos.
¿Entonces?
Reitero, hay muchas preguntas sin respuesta, preguntas que desde hace más de un año he intentado obtener directamente de él sin recibir respuesta, ¿a qué le teme?, ¿por qué no quiere contestar?
César puede, ¿pero es que acaso no quiere?