Por Obed Campos
La definición de la palabra “conciliación” dice más o menos así: “La Conciliación en Derecho es una herramienta que sirve para que las partes puedan encontrar una solución efectiva para sus controversias…”
Pues bien, en Nuevo León, la Junta de CONCILIACIÓN más bien es IRRECONCILIABLE, que significa: “Que no puede existir, ocurrir o hacerse al mismo tiempo que otra cosa y de forma armónica con ella, o combinarse con ella sin estorbarla”.
Y para muestra, Hilario Zarazúa Galdeano, presidente de la Junta Especial Número 8 de la (otra vez) Junta Local de Conciliación y Arbitraje, no asiste a cumplir con sus labores, porque al mismo tiempo que cobra el horario como funcionario de (y otra vez) “la junta”, da clases en la Universidad de Montemorelos.
Los litigantes laborales que lo buscan afanosamente todos los días y a varias horas se preguntan con quién estará arreglado que le permite hacer eso.
Apunte al margen, la Junta de Conciliación y Arbitraje la preside un tal Ernesto Romero quien, por lo visto, no pone orden.
Y ya entrados en gastos, investigando en la Sección de Amparos de la misma entidad, es decir (y una vez más) la dichosa Junta me dijeron que cuando Zarazúa Galdeano cobraba ahí, solo asistía una hora al día, de 13 a 14 horas.
MORENISTAS AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS
Hoy el inefable periódico El Horizonte, en su columna política señala: “Dice el rumor que Judith no se queda, y que sería relevada por alguien palomeado por Clara Luz Flores, y que en la lista que se baraja para ese alguien, una de las opciones fuertes es nada menos que don Felipe de Jesús Cantú…”.
Amigos morenistas de a deveras me escriben esta mañana y me comentan que esto es indignante, y lo mínimo es que representa una bofetada ya que, sin tener nada contra Felipe, esto simplemente demuestra la falta de respeto hacia la militancia.
Y me recuerdan la anécdota: “Estaba molesto pero me acordé de que las bases solo saben cuidar y promover consultas, cuidar casillas, entregar el periódico Regeneración y mover banderitas y eso me tranquilizó, por eso se me quita la molestia…”.
Y un buen amigo morenista, cuya identidad me resguardo, me dice que unos les dicen buscapiés y otros le dicen borrego pero que sea lo que sea, algunas veces o en el caso de MORENA, muchas veces amanecen con madruguetes que posiblemente ya se sabían pero que no por eso, comenta, “nos podemos quedar de brazos cruzados y que molestan e indignan”.