Por Obed Campos
“Una persona perezosa es un reloj sin agujas, siendo inútil tanto si anda como si está parado.” // William Cowper
El calificativo de “ineptos” es el menos descriptivo que se merecen los elementos del Instituto de Criminalística y Servicios Periciales de Nuevo León que, en otras ocasiones, era manejado con una categoría de clase mundial y ahora parece un instituto bananero.
Lo digo porque el viernes pasado la organización, que quien sabe quién la encabeza, ya ve usted que por seguridad y transparencia eso se mantiene en el misterio (aunque depende aún de la Fiscalía General de Justicia, es decir, de Gustavo Adolfo Guerrero Gutiérrez) mostró que su ineficiencia no tiene parangón.
O que alguien salga a explicarle a sus deudos y al pueblo de Nuevo León que es el que les paga, cómo fue posible que el cadáver de un hombre atropellado estuviera esperando a los peritos tendido en la carretera a Monclova por más de 10 horas.
El percance tuvo lugar a las 5:14 horas, de acuerdo a los reportes, pero el cadáver no pudo ser levantado sino hasta las 15:30 horas, en que sus majestades los peritos tuvieron tiempo de llegar, pese a que el Instituto de Criminalística y Servicios Periciales recibió el reporte por parte del Centro de Coordinación o C-5 en tiempo y forma.
Así, los familiares de la víctima se tuvieron que chutar de pie y en el solazo más de 10 horas de vigilancia con el cuerpo tirado en el suelo y apenas cubierto por una manta.
Seguir con la descripción de esta incompetencia, es echarle sal a la herida de los deudos, por lo que cierro mi comentario con una revelación amarga:
Con esa celeridad, estos peritos están buenos pa’ traer la muerte.