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Por José Jaime Ruiz

josejaimeruiz@lostubos.com

@ruizjosejaime

X2 o Número Dos, así se designaba al secretario general de Gobierno, un puesto clave para la política, para la gobernanza de Nuevo León. En campaña electoral se puede ser la mano derecha del candidato, pero eso no necesariamente lo convierte en el personaje más poderoso cuando el gabinete entre en funciones, es decir, en secretario general de Gobierno. La mano derecha del gobernador tiene que tener mucha mano izquierda.

Hernán Villarreal, la mano derecha de Samuel Alejandro García Sepúlveda en la campaña, tiene una de las tareas mayores en el próximo sexenio: la movilidad, en la cual es un experto. Sólo hay que revisar su carrera: «Director Adjunto del Consejo Estatal de Transporte y Vialidad, Director Ejecutivo del Consejo Estatal de Transporte y Vialidad, Subsecretario de Transporte de Nuevo León, Secretario Técnico de Movilidad y Desarrollo Sustentable para la Agencia para la Planeación del Desarrollo Urbano de Nuevo León y Director Ejecutivo del Consejo Estatal de Transporte y Vialidad.»

Para la Secretaría General de Gobierno se requiere un avezado que sepa de política de conflicto, pero sobre todo de política de composición. Un perfil calado que tenga correas de trasmisión con la Presidencia de la República, con el Congreso local, con los alcaldes metropolitanos y no metropolitanos, con capitanes de las grandes empresas, las medianas y las pequeñas, con los medios de comunicación, con los partidos y, lamentablemente, Hernán carece de casi todo lo anterior. Es, repito, un apasionado de la movilidad, pero su expertice no está en la política.

En el sexenio de la expectativa, el de Jaime Rodríguez Caderón, el Bronco, ya padecimos al peor secretario general de Gobierno que yo recuerde, cuyo nombre perdedor es Manuel González Flores. En política la improvisación tiene altos costos.

Para avanzar, Samuel Alejandro puede ejercer una política de inclusión en su gabinete, no sólo someterse a las imposiciones de personajes de las empresas Femsa y Cemex. Un gobierno de la iniciativa privada, un gobierno ipeco, nunca será un buen gobierno.

Samuel Alejandro ya no está en campaña, como lo demostró en su visita al presidente Andrés Manuel López Obrador. El slogan del nuevo Nuevo León (slogan original de campaña del ex gobernador Sócrates Rizzo, por cierto) debe también quedar atrás. Incluir a un secretario de Gobierno con vasta experiencia política es lo que requiere la administración entrante. Es probable que se requiera de un picudo. Ahí te la dejo Samuel Alejandro.

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// José Jaime Ruiz

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