“Nunca desistas de un
sueño. Sólo trata de ver las señales que te lleven a él”
Paulo Coelho
Tiene razón mi admirado doctor Luis Eugenio Todd, con quien tuve el honor de trabajar cuando fue Rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León, cuando propone en un artículo editorial crear un esquema de producción y comercialización de vehículos híbridos de bajas emisiones para combatir la contaminación ambiental en Nuevo León.
El galeno propone un esquema tripartito, original de un inventor suizo que proponía conseguir un préstamo del Banco Mundial y con él construir un círculo virtuoso en donde se les compraran sus automóviles a los obreros y los más desprotegidos a un precio para venderles autos económicos, pagando el trabajador la tercera parte, la otra el gobierno y finalmente una aportación de las empresas en donde laboren los empleados.
En sociedades como la nuestra, en donde se ha privilegiado y promovido el uso del automóvil por encima del transporte público, en el ego y sobre todo en la práctica, suena razonable. El gran problema es que los autos híbridos en México son muchísimo más caros que los de gasolina.
Pero la idea no es mala y puede aún mejorarse.
Imagine que en cientos de escuelas técnicas del país se consigue la mano de obra para construir las piezas necesarias para la construcción de esos autos y con su trabajo los estudiantes pagan sus estudios. Se destina una parte de la producción a un sistema de financiamiento tipo Infonvit y otra a la venta directa de autos menos contaminantes a bajo costo con incentivos para la sociedad en general.
Si no podemos resolver el caos de nuestras vialidades colapsadas y mucho menos somos capaces de mejorar el transporte público, la salida está en contar con autos que generen menos partículas al ambiente y aquí Todd plantea una solución.
Ojalá que el gobierno de la “Cuarta Transformación” tome en cuenta la propuesta que me parece tiene grandes dimensiones para crear, reitero, un círculo virtuoso que nos alivie y ayude a mejorar el ambiente.
