Por José Jaime Ruiz
Algunos de los problemas que padece la actual administración son su ineficiente comunicación política, carece de una narrativa creíble en su comunicación social y los temas trabajan en contra del gobierno, como consecuencia la rendición de cuentas, aunque se quisiera, no es transparente. ¿El peligro? Convertirse en un gobierno de galimatías políticas con una agenda setting contradictoria.
Está fallando la intencionalidad en las líneas discursivas. ¿Qué necesidad tenía Aldo Fasci de sacar el tema del replaqueo y su homologación en la región noreste entre Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas? ¿Cuál fue su intención comunicacional? Provocó una tormenta de repudio y, en efecto, todavía ni estaba chispeando.
Las redes sociales condenaron esa posibilidad de un tema, se sabe, federal. Y si tienen información sobre la seguridad y el replaqueo, ¿por qué la comparten a medias? La influencia en los electores fue negativa por la probabilidad de una nueva carga impositiva. Comunicar con mentiras (la “invitación” del papa Francisco al Vaticano) o con medias verdades trae consecuencias en la credibilidad del gobernador Samuel Alejandro García Sepúlveda, quien no debe sorprenderse cómo se manejó el asunto porque su mismo gobierno provocó la repulsa ya que si “Nuevo León no tiene ningún interés en ese tema”, ¿para qué ponerlo en la discusión pública? Además, los impuestos perdieron legitimidad: ¿recaudación o redistribución social?
“Les pido con toda sinceridad vayan y pregúntenle a la autoridad federal, al gabinete de seguridad pública nacional cuándo sale la NOM (Norma Oficial Mexicana) sobre el replaqueo y la seguridad”, conmina Samuel Alejandro a los nuevoleoneses. ¿Y por qué los medios de comunicación o los reineros tenemos que ir a preguntarle a las autoridades de la Federación? ¿Acaso no es responsabilidad del gobernador informar de lo que nos atañe, bolsillo de por medio, en temas estatales o nacionales? Patear el bote disminuye la autoridad –autorizada por el voto– de Samuel Alejandro.
Al tener una narrativa ineficiente, la transmisión del mensaje se corrompe y la misión estalla. Si el gobernador gana en transparencia cuando ejecuta a través de las redes sociales instrucciones, pierde al sembrar los temas, ¿cómo trabajar issues?
La especificidad pierde ante la confusión de los mensajes. Volvamos a Fasci, un importante personaje de la vieja política: “Estamos hablando más de 100 mil mujeres en Nuevo León que sufren este tipo de violencia (acoso y abuso), y de repente nos preocupamos porque hubo 45 robos más a los comercios y nos vamos por ese escándalo. Fueron 45 robos y todos juntos fueron 225 mil pesos, aquí estamos hablando de 100 mil mujeres. A mí me interesan más 100 mil mujeres a que se roben todos los comercios”.
Really? ¿Que roben todos los comercios? Qué bueno que a Aldo le interesen los feminicidios, qué malo lo poco que hizo –y hace ahora– durante el sexenio del Bronco para evitarlos. ¿Qué políticas públicas de seguridad realizó Fasci para evitar tantas muertes de mujeres? Cínico y machín, todavía se atreve a decir: “Para mí es más importante la mujer, y si alguien está en contra mía, que lo diga”. He aquí los discursos de la vieja política. Para no afrontar el tema de la seguridad y su fracaso como servidor público, Aldo Fasci prefiere desviar el tema y, aprovechado, usa lo terrible de las muertas.
El peligro mayor en la comunicación política es que muy temprano el gobierno de Samuel Alejandro puede convertirse en un gobierno de apariencias o, en términos de Jean Baudrillard, en un simulacro. El bono democrático de García Sepúlveda puede agotarse más rápido de lo previsto y la luna de miel, ¿luna de hiel?
@ruizjosejaime