Un total de mil 796 personas han sido condenadas y otras mil 422 esperan ser juzgadas por su implicación en disturbios relacionados con las manifestaciones de los “chalecos amarillos” desde mediados de noviembre pasado, cuando comenzaron las masivas protestas contra el gobierno francés.
El primer ministro francés, Edouard Philippe, dio a conocer este martes las cifras en una intervención en la Asamblea Nacional, donde añadió que se han organizado mil 300 audiencias por el procedimiento de comparecencia inmediata y que 316 personas están en prisión preventiva en espera de juicio.
Señaló que, desde el inicio de las manifestaciones, las fuerzas del orden, bienes, personas, periodistas, la Asamblea Nacional, incluso lugares emblemáticos del país, como el Arco del Triunfo, han sido blanco de violencia y la respuesta es con “medidas policiales y judiciales extremadamente firmes”.
Recordó que 13 personas fueron acusadas por los daños cometidos el 1 de diciembre al Arco del Triunfo (en los alrededores y dentro), mientras otras cinco fueron acusadas por un incendio en la prefectura de Haute-Loire, según reportes del diario local Le Parisien. Philippe dijo que es preocupante la “escena” que ilustran los hechos y que más allá de las sanciones “me gustaría instar al conjunto del país a mostrar su indignación”.
“Los que se expresan gritando o con grafitis por la noche se escuchan quizá más que los franceses en su conjunto, pero mi convicción es que el pueblo no acepta esta forma de enfrentarse a nuestros valores comunes”.
Los “chalecos amarillos” iniciaron a mediados de noviembre en París y otras ciudades francesas una ola de protestas masivas contra políticas del gobierno del presidente Emmanuel Macron, entre ellas el alza en los precios de los combustibles y los impuestos relacionados.
Sus reivindicaciones se extendieron a otras demandas sociales y políticas, que manifiestan cada sábado desde noviembre, dejando a su paso enfrentamientos con las fuerzas del orden (que usan gas lacrimógeno y balas de goma para dispersarlos), la destrucción de edificios y automóviles, saqueos y otros hechos de violencia.