Por José Jaime Ruiz
“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar”, escribió el periodista argentino Horacio Verbitsky; algo similar hizo Julio Scherer García cuando afirmó que el periodismo es desvelar lo que el poder oculta.
Si la vida es una tómbola, la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. En la misma edición del periódico Reforma –causalidad o casualidad– se publicó un artículo editorial de Enrique Krauze y una nota en la página principal en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador. En “Amparar la libertad”, el director de Letras Libres señala:
“Pero ninguna democracia sobrevive sin libertad de expresión. Y en México esa libertad está en entredicho por el hostigamiento diario del Presidente contra sus críticos, hostigamiento violatorio de varios derechos constitucionales. Tarde o temprano, los agraviados podrán defenderse en los tribunales. Algunos lo han hecho ya. Y es previsible que los juicios terminen en la Corte”.
La nota de primera plana de Reforma cabecea: “Y AMLO sí conocía a Guadalupe Taddei”, para después informar: “Aunque el Presidente Andrés Manuel López Obrador había asegurado que no conocía a Guadalupe Taddei, la nueva presidenta del INE, una imagen de la familia Taddei en redes sociales revela lo contrario.
“El 18 de septiembre de 2019, Jorge Taddei, hermano de Guadalupe, y delegado de Bienestar en Sonora, subió a su Facebook una foto en la que aparece AMLO junto a la funcionaria y otros miembros de la familia Taddei”.
Sin más, el periódico de Alejandro Junco publicó la nota sin investigar ni contrastar ni verificar la fuente. Álex Grijelmo en su libro El estilo del periodista (Taurus, 2014) señala acerca de las fuentes periodísticas:
1.- “El trabajo de edición debe examinar, como cuestión prioritaria, si en el texto se reflejan todas las fuentes con capacidad para hablar de un determinado tema (y con interés para el lector, por supuesto).”
2.- “El periodista honrado deberá andarse con tiento. No significa esto que rechace informaciones interesadas…”
3.- “Los rumores no son noticia. Esta máxima causó gran conmoción en la prensa española de finales de los años setenta cuando se presentó como uno de los pilares del Libro de estilo de El País. Hasta entonces, los periodistas difundían con descaro supuestas noticias sin ninguna comprobación, con la única cautela de advertir de que se trataba de rumores”.
4.- “La responsabilidad del periodista le ha de plantear siempre la más perversa de las hipótesis: alguien quiere perjudicar a una persona y se inventa una información sobre ella; si nosotros reproducimos sin más, el desalmado logrará su objetivo de arrojar dudas o calumnias.”
Al final del artículo de Krauze se lee: “Vivimos una vez más bajo la sombra del caudillo. Esperemos que, llegado el momento, la Corte… ampare la libertad de expresión contra los abusos del poder”.
Enrique Krauze no documenta los abusos del poder ni tendría que hacerlo, es un simple “opinador”, no un periodista, aunque sí podría ilustrar sobre los abusos de poder de Alejandro Junco y si ambos consideran a la mentira como parte fundamental de la libertad de expresión. Los agraviados por Junco, como bien indica Krauze, podrían defenderse en la Corte pero, ¿quién defiende a los lectores de Reforma de sus mentiras? ¿Quién los ampara?
“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda”, como propaganda contra la 4T es la que ejerce cotidianamente el periódico de Junco. En fin, cito de nuevo a Julio Scherer: “El cínico que sabe lo que no publica y publica lo que sabe falso”.