Por Obed Campos
Qué bueno fuera y del fatal incendio en un centro del Instituto Nacional de Migración de México en Ciudad Juárez, Chihuahua, como dice la canción solo hubieran quedado solo cenizas.
Aparte del dolor por la muerte de 40 seres humanos que estaban, según la autoridad “rescatados” pero para fines prácticos se encontraban detenidos en ese inmueble, tras ver fallidas sus intenciones de cruzar la frontera con Estados Unidos, lo que el siniestro dejó fue mucha, mucha pena, para las pobres familias principalmente.
Ya ve usted que eufemísticos nos hemos vuelto los periodistas y las autoridades: les llamamos “rescatados” a esos hombres, mujeres y niños a los que luego ponemos tras las rejas, como pájaros en jaula.
En las declaraciones de algunos sobrevivientes se habla de que los guardias del lugar hacían su negocio con venta de cigarros y encenderos a los migrantes, a quienes cobraban hasta mil dólares por abrirles la puerta para que quedaran en libertad y lo volvieran a intentar.
A un mes del siniestro en ese calabozo llamado pomposamente estación migratoria al fin compareció Francisco Garduño Yáñez, titular del Instituto Nacional de Migración, y en resumen, el hombre así como entró a declarar (cosa que no hizo) así salió, libre como una paloma.
“La fiscalía, en pleno ejercicio de su derecho constitucional, formuló una serie de cargos; sin embargo, él se reservó en términos de ley el derecho a no emitir declaraciones, y en este momento la fiscalía solicitó que fuera separado de su cargo pero el juez no lo consideró viable y se le estableció que tiene que acudir con periodicidad a firmar un libro de actas y va a mantener el juicio en libertad…” dijo a posteriori su jefe, Adán Augusto López Hernández, el secretario de Gobernación.
Es más, López Hernández consideró que a Garduño Yáñez, quien vive en la Ciudad de México y tendría que comparecer ante el juez una vez a la semana en Ciudad Juárez “No le quita tiempo este proceso ni lo distrae de su trabajo…”
Como todo sujeto de libertad condicionada, yo les propongo que le lleven el libro de firmas a su casa, y así nos quitamos todos del pendiente.
Porque volviendo a la canción, va a ver usted que no me equivoco, de este proceso, quedarán solo cenizas… Y uno que otro expediente durmiendo un sueño injusto.
UNA MÁS DE CARLOS DE LA FUENTE, ALIAS CHALE
De la camarilla de Chefo Salgado y Paco Cienfuegos, el diputado Carlos de la Fuente, conocido en el bajo mundo como “El Chale”, fue buscado ayer por la mañana, para que diera la cara ante un presunto caso de despojo de tierras en Ciudad Benito Juárez.
Este jueves ahí en la puerta del Congreso del Estado, un grupo de ciudadanos buscó al panista para que respondiera como señalado directo en el caso sucedido hace 20 años.
Los manifestantes desplegaron el cartel con un mensaje muy preciso: “Carlos de la Fuente nos robó nuestro patrimonio. Congreso, ayúdanos, por favor”. Según los quejosos se trata de un terreno de siete hectáreas, cuyo monto en moneda se desconoce, solo habría que sacar la calculadora y echar números para conocer la suma a la que alude el grupo de ciudadanos y ver si el representante parlamentario tiene vela en el entierro o no.