Por Félix Cortés Camarillo
Dijo el presidente López el martes que el gobierno de los Estados Unidos informó al suyo de él, que presumiblemente se aproximaba a sobrevolar el territorio de nuestro país uno de esos globos aerostáticos siniestros que se han puesto de moda. Que venía de Hawai y entraría a nuestro espacio aéreo por Baja California para salir luego a la altura de Tampico, Tamaulipas y que solicitaba atentamente que México permitiera el sobrevuelo de aviones y drones para detectar, seguir –eventualmente derribar– el tal artefacto.
Aunque lo haya dicho Lopitos, creo que es cierto.
El sistema de transparencia informativa en los Estados Unidos no es una copia de lo que se vive aquí. Pero eso es irrelevante.
Lo que sabemos hasta este momento es que el presidente López, vestido de Soberanía Nacional le dijo al gobierno gringo que nones. Que las fuerzas armadas mexicanas contaban con las herramientas necesarias para tal seguimiento, y que le pasaran al general secretario de la Defensa los datos que decían tener.
Lo que también sabemos es que, hasta ahora, el pinche globo no se ha visto por ningún lado, aunque supuestamente deambulaba por los treinta mil pies de altura, que es donde dicen los pilotos que nos informan que es el rango en que los vuelos comerciales pululan.
Lo que también hemos tenido que aprender es que en este sexenio de la opacidad informativa que se disfraza de comunicación circular matutina con paleros, cada vez que el país enfrenta alguna situación grave, el presidente encuentra algún distractor que sirva de cortina de humo para que los mexicanos nos ocupemos de otras cosas. Así nos pasó por dos años y setecientos mil muertos con la pandemia del Covid 19. Así nos está sucediendo ahora, cuando el dinero está cada vez más escaso y caro y los alimentos cada vez más difíciles de comprar.
Dicen los chavos que nos están dando el avión. Como decía el chaparrito Hervé Villechaize en «La isla de la fantasía», al lado de Ricardo Montalbán.
El avión. El avión.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Agárrense los que deben, que somos todos: la Reserva Federal de los Estados Unidos ha determinado subir la tasa de interés interbancario en un cuarto de punto más, para situarla ahora entre el 5 y el 5.25 por ciento. No tarda el Banco de México en seguir el ejemplo y encarecer aún más el dinero en México. Hace menos de cinco años era mal negocio tener dinero en un banco norteamericano; no pagaba más del uno por ciento de interés a los depósitos. Ahora ya las cosas han cambiado. Pero el asunto es que lo que vale de aquí para allá es válido también en sentido contrario. Si los bancos van a pagar más por los depósitos van a cobrar muchísimo más por lo que prestan.
Ahí les encargo los intereses de las tarjetas de crédito.
felixcortescama@gmail.com
