Por José Jaime Ruiz
Si Salvador García Soto (El Universal) y Ramón Alberto Garza (Código Magenta) son los defensores mediáticos de Francisco Paco Cienfuegos y Zeferino Chefo Salgado… qué pobreza de defensa. Litigar a través de García Soto y Garza es perder mediáticamente la controversia. Si el articulista de El Universal argumenta de que el presidente Andrés Manuel López Obrador no conoce la versión de los capos Paco y Chefo, argumenta mal porque desde hace meses el presidente ha denunciado el chantaje de la mafia del PRIAN en Nuevo León, y desde que Santiago Nieto era titular de la Unidad de Inteligencia Financiera existen expedientes, al menos, en contra de Rodrigo Medina de la Cruz y de Zeferino Salgado.
Y, así, invertir en los columnistas Ramón Alberto Garza (hay que darle clases de historia regional) y Salvador García Soto es un gasto innecesario y, obvio, contraproducente.
Los espacios políticos de maniobra se le agotan al PRIAN. Cada vez perderán más municipios que se trasladarán a Movimiento Ciudadano y alcaldes como César Garza Villarreal (Apodaca), Cristina Díaz (Guadalupe) o David de la Peña (Santiago) tendrán que repensar la conveniencia o inconveniencia de defender aún al capo mayor en desgracia, Francisco Cienfuegos –Daniel Carrillo en San Nicolás es un caso perdido y se perderá más por los malos consejos de Chefo Salgado.
Al PRIAN provinciano de Nuevo León no se le da el ajedrez nacional, ni siquiera a base de billetazos (Cienfuegos comprando a Alejandro Moreno). Por lo demás, por ejemplo, Hernán Salinas, “dirigente” actual panista, es un simple corre-ve-y-dile de Paco, el que va por los chescos. La dignidad histórica del PAN en Nuevo León es un gesto desopilante.
Paco y Chefo no tienen manera de cabildear en Palacio Nacional (el mensaje de García Soto es un ejemplo significativo), tampoco en la Fiscalía General de la República ni en el SAT ni en la Unidad de Inteligencia Financiera. Ahora, bajo el débil liderazgo de Carlos de la Fuente, tampoco con la Suprema Corte de Justicia ya que al cuestionar a la ministra Margarita Rios-Farjat cerraron todas las puertas oficiales y abrieron las puertas de algún penal. Y si Rubén Moreira es su carta fuerte priista, también se equivocan. Manolo Jiménez, gobernador electo de Coahuila, es y será más amigo de Samuel García que de Paco Cienfuegos.
La lista aquí está para el que quiera ejercer una imaginación a futuro sea arúspice de la caída: Francisco Cienfuegos, Zeferino Salgado, Carlos de la Fuente, Raúl Gracia, Arturo Salinas, Pedro Arce… suma y sigue.
