Por Félix Cortés Camarillo
No es inusual que los mensajes que envía el presidente López desde Palacio Nacional sean alarmantes dentro de sus mañaneras. Reúnen para ello el peso que les da el poder total del emisor y su artificial dramatismo; este último se desprende de la debilidad de sus datos de origen y lo especulativo de sus premoniciones. Pero es que, de veras, debiera haber un límite.
Los insultos y las descalificaciones de un selecto grupo de intelectuales y periodistas que no están afiliados a la doctrina del cuatrote, son tan frecuentes y reiterativas que ya no tienen la explosividad de antaño ni provocan reacciones que terminarían siendo también repetitivas por parte de los ofendidos.
En esta ocasión, sin embargo, aunque la irreflexión siga siendo el sustento de esos mensajes, el asunto es más serio.
Lopitos soltó un mensaje no solamente grave sino motivador de procesos judiciales si nos atenemos a la letra de la ley. Según lo que sabemos, el presidente dice tener certeza de que hay una campaña en su contra para hacerle responsable de cualquier daño que en su integridad física sufran los periodistas o ciertos actores políticos, léase Xóchitl aunque no se menciona su nombre. Ese pronunciamiento equivale a una denuncia por un delito que antes se llamó conspiración; luego del arrepentimiento por los hechos de 1968 se hizo asociación delictuosa, y más recientemente delincuencia organizada.
Lo de asociación delictuosa el Código Penal Federal lo establece si más de tres personas se ponen de acuerdo para una acción constituyente de delito. La pena va de 5 a 10 años de bote. Lo de delincuencia organizada está reservado para los peces gordos del asesinato y tráfico de drogas pa´rriba. Y ahí la pena suele ser gruesa.
Si el presidente López fuese congruente, que no lo es, hubiese sometido ya el fruto de sus pesquisas al personal de la Fiscalía General de la República para detener y someter a juicio a los ejecutores de esta campaña mediática. A saber hasta el momento, los compañeros periodistas Joaquín López-Dóriga, Raymundo Riva Palacio, Beatríz Pagés Rebollar y Héctor Aguilar Camín. Más los que agregue esta mañana de martes el presidente lopitos en su mañanero, incluyéndome, porque yo también he advertido en mis escritos sobre el peligro de un nuevo Colosio.
No existe, señor presidente López, tal conspiración en su contra. Tampoco creo que en el cerebro más obtuso de sus asesores quepa la idea de causar algún daño físico a Xóchitl Gálvez: nada sería más contrario a Palacio Nacional y su pandilla.
Pero el ambiente de crispación, maniqueísmo, intolerancia y rechazo a lo diferente, propicia que algún fanático en su desvarío crea interpretar los mensajes presidenciales como incitación a la violencia. Y hacerla real. Nuestro país no quiere honrar hoy la indecente historia de los asesinatos por el poder. Ya tuvimos, creo yo, la suficiente dosis de Maderos, Pino Suárez, Villas, Carranzas, Obregones, Ruíz Massieus o Colosios.
El mundo por su parte también sabe que el ambiente de odio e intolerancia lleva a uno que otro “loquito” a creer que las diferencias de ideas se resuelven con el tiro de un revólver. Como en el caso de Lincoln, Feerdinand D´Esté, Ghandi, Luther King, Olof Palme o los Kennedy.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): En cualquier momento se aparece por Nuevo León el presidente López para, muy orondo, clausurar el flujo hídrico en la presa Libertad, cerca de Montemorelos: la cortina ya fue inaugurada el día 13 por el gobernador chiquito. Lo que vendrá a hacer Lopitos a cerrar el chorrito que se hace chiquito del río Potosí para colarse por donde van las exclusas de la presa. Así, el embalse comenzará a acumular los torrentes de agua, que –una vez lleno- traerá la felicidad a la comarca. El pedo es que estamos todos sufriendo la más grave canícula de muchos años y que las comunidades que, en el futuro, recibirán los beneficios del agua de la presa se van a quedar en seco. Obviamente, el cierre de esa pequeña fuga, que alivia a los de abajo, pudo esperar a que lleguen las lluvias que el gobierno metido a meteorólogo promete. Pero eso no se les ocurre. Fecha es fecha.
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