Por Francisco Tijerina Elguezabal
“En muchas ocasiones,
el tamaño no importa”
Yomero
Alguien debería decirles a los chamaquitos que juegan a la política que la absurda idea que les han vendido de que hacer más grandes las banquetas conseguirá que las personas caminen más sobre ellas, es una gran mentira y encima una tontería.
Lo único que logran es reducir los espacios de movilidad en una ciudad colapsada, incrementar la cantidad de emisiones a la atmósfera al propiciar embotellamientos y paradas continuas y, por si todo lo anterior fuese poco, poner en riesgo la vida de cualquier persona que en un momento dado requiera de auxilio inmediato porque la atención tardará en llegar gracias a su inmensa estupidez.
Pero primero, antes de andar agrandando las banquetas, deberían obligarles a darles mantenimiento a las ya existentes. Basta darse una vuelta por el centro de la ciudad o las colonias que ya tienen decenas de años de haber sido fundadas, para darte cuenta de que en la inmensa mayoría, donde te encuentras árboles te topas también con que las banquetas están desniveladas gracias al crecimiento de las raíces.
He sido testigo en más de una ocasión de accidentes graves debido al desnivel de una banqueta y me pregunto, ¿de quién es la responsabilidad? Obviamente de la autoridad que no atiende este sencillísimo tema y hoy prefiere ampliar los andadores que resolver los problemas de verdad.
Y pensar que se promocionan como “distintos” a los políticos de antes. Diesen la impresión de ser enviados por los viejos líderes de la CTM, la CROC y la CNOP que manejaban a los grupos de “estucheros” que se instalaban a diario en Padre Mier, Juárez o Morelos hace ya muchos años, que hoy se darían gusto con sus banquetototas.
¿Por qué siempre quieren empezar por el dos si lo normal es hacerlo por el uno? Arreglen lo que ya está hecho y luego piensen en lo demás.
