Por Félix Cortés Camarillo
No conozco personalmente al gobernador de mi estado, Samuel Alejandro García Sepúlveda, pero lo sigo en cada una de sus cotidianas performances por la vía de las redes sociales que yo no veo, pero que otros medios me hacen de trujamanes.
No me le cambien, así lo dice Cervantes en el capítulo 25 de la segunda parte del Quijote a propósito del Maese Pedro y su retablo de titerero. Titerero.
Dicho esto, le deseo al joven político el mejor de los futuros, a los que él quisiera y sus patrocinadores le seducen, con rumbo al máximo privilegio que un mexicano debe soñar, la presidencia de México. Esas sirenas con sus canticos han comprado el cascarón de este polluelo, que es su verbo inmediato y rotundo, sin la sustancia necesaria que le valide.
Me explico con dos casos, aunque hay más, a disposición.
La incursión de Elon Musk con su empresa de automóviles eléctricos Tesla en el municipio de García –una colonia de Monterrey- para construir ahí una megafactoría de carros para el mercado de los Estados Unidos, sujeto al TMEC, fue anunciada a inicios de este año con bombo y platillo como una inversión de, por lo menos diez mil millones de dólares. A los gringos, y a Samuel, les gusta llamarles billones. Resulta que la inversión de Musk no llegará a los cinco mil millones; sólo mil de enganche.
Caso dos. Cuando nos estábamos muriendo en Nuevo León de sed, ¿cuándo no?, el señor gobernador se compró un avión para que bombardeara las nubes con una sustancia rara provocando copiosas lluvias. Luego de tejemanejes y viajes a Palacio Nacional, la sentencia de Samuel y de su director de Agua y Drenaje fue rotunda: el abasto de agua para Monterrey está asegurado por cincuenta años. El bombardeo de nubes valió madres y van a comenzar los cortes de agua: en el gobierno estatal les llaman regulación del flujo.
Vale decir, aunque cause risa, que el pez por su boca muere, pero no tenemos agua suficiente para peces. El señor Barragán, de Agua y Drenaje, salió a decir que la Virgen de la Cueva nos quedó mal, y que no lloverá, y que no habrá agua suficiente este año.
Yo, por lo pronto, estoy comprando bidones.
Lo sugiero, porque ya vimos que rezar y aviones mafufos, no ayudan.
PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): Los adivinos que hicieron la rápida conclusión de que Marcelo Ebrard con su escandalosa denuncia de los dados cargados en favor de Claudia para la Grande es el desplome del carnal Marcelo, se adelantaron en demasía. Para seguir con el juego jocoso de ayer aquí, ligando a la política con los juegos de mesa y de cancha, es necesario recordar que, después de la mañanera de ayer, vaga, el gran croupier no ha dicho la frase mágica: non va plus, y la pelotita sigue brincoteando de casilla en casilla, en una ruleta que los mexicanos creen que tiene seis sitios, los expertos aseguran que son dos y que sólo Lopitos sabe la verdad.
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