Por Félix Cortés Camarillo
No es necesario declararse afín a Marcelo Ebrard en sus renovadas aspiraciones de ser presidente de México, para reconocer lo que él fue enumerando por etapas sobre el proceso del dedazo de Lopitos para hacer de Claudia su Delfina. Con todo respeto al Estado de México: que no había piso parejo, que se estaban usando recursos públicos en la campaña que nunca fue campaña, que los dados estaban cargados y, finalmente, que desconoce la legitimidad del proceso. Y en su ultimátum, de que si no se mete reversa en esa porquería, cito, “lo que nos queda claro –el mayestático Nos a percibir- es que ya en Morena no tenemos espacio”.
Dicho en la Castilla antigua: me voy, me voy, me voy; pero me quedo. Ahí tú dirás.
Antes del previsible y anunciado fin de este sainete disfrazado de unas primarias internas sui generis para que Morena implementara las instrucciones que le fueron dadas por Lopitos en un restorán cerca de Palacio Nacional, con la complicidad de todas las corcholatas de su pandilla y 22 gobernadores (y todos firmaron, dicen), yo le dije a quien quisiera oírme que lo menos peor que le podía pasar a México era que el dedo escogiera a Marcelo.
El panorama hoy es distinto: el dedo escogió a Claudia, existe Xóchitl, y existe Movimiento Ciudadano. Cualquier combinación es probable.
Claudia Scheinbaum inicia el 17 de septiembre su gira de proselitismo por todo el país. Marcelo Ebrard, si la respuesta previsible a su ultimátum es la que se espera de Lopitos, al día siguiente va a revisitar a sus simpatizantes en el país para buscar la creación de un movimiento político nacional que busque….
Algo.
PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): Dentro de un rato hoy miércoles de los Niños Héroes, el presidente López va a inaugurar –eso se le da mucho- el acueducto Cuchillo II en Nuevo León. Según el gobernador del estado, Samuel García, con ese acto se acaba la crisis hídrica en el estado per secula seculorum. Declarar eso, al gobernador se le da más frecuentemente.
¿Es un espaldarazo a Samuelito para que se empine como el Bronco a hacer el ridículo buscando la presidencia? A mí me da lo mismo. Lo único que sé es que cada mañana que llega hay más colonias en las que no hay agua en la zona metropolitana. Por eso estoy esperando, bidón en mano, cuando le llega a mi barrio. Algo le faltó decir a Heráclito: Cierto, no es posible meterse dos veces al mismo río. Sobre todo, si no tiene agua.
Por cierto, que alguien le enseñe matemáticas al gobernador para que con confunda los billions en inglés con los billones en español.
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