El director de la Orquesta Filarmónica del Desierto de Coahuila se prepara para sus próximas actuaciones, entre las que se encuentra una presentación con el Mariachi Gama 1000.
La versatilidad define el trabajo de Natanael Espinoza (Baja California, 1979), el director y fundador de la Orquesta Filarmónica del Desierto de Coahuila (OFDC); publica MILENIO.
Director de orquesta y violonchelista, lo mismo ha compartido el escenario con Plácido Domingo que con la Orchestra Sinfonica di San Remo o realiza proyectos de géneros populares con arreglos sinfónicos con artistas como Los Ángeles Azules, Yayo González y Paté de Fuá, entre otros.
“Soy muy feliz de hacer música sin cliché para todos los gustos, sin olvidarnos de la parte académica y siempre abriéndonos a otros géneros musicales”, dice a MILENIO.
Acorde a esta idea, el músico va a dirigir el 19 de septiembre un concierto privado con la Orquesta Sinfónica de Minería en el Castillo de Chapultepec y el día 28 una gala mexicana con el Mariachi Gama 1000.
¿Cómo vive la fusión de sonidos en el escenario?
Se vive igual que el público. Es como hablar de México y septiembre, es algo que no puedes separar; la gente lo disfruta. Si bien durante el año nos dedicamos a escuchar cualquier género musical, cuando llega septiembre se escucha el “Huapango” de Moncayo sí o sí. Se escucha música de mariachi y muchas canciones que nos hacen vibrar el corazón y creo que es ahí donde hay una conexión muy importante con la mexicanidad de cada uno, lo que me parece muy entrañable. Juro que lo vivo como mexicano, no como músico porque es algo que disfruto, donde recuerdo mis raíces y mi México querido.
¿En qué consiste la preparación para esos conciertos?
Se preparan como cualquier otro, tanto de corte académico como popular; es decir, ya tengo en mi poder la música, los arreglos sinfónicos, los cuales tengo que leer con mi orquesta y estudiar, prepararme para poner en la misma carretera, en el mismo canal, a 70 músicos y a un mariachi. Tengo la fortuna de contar en esta ocasión con el Mariachi Gama 1000, que es uno que ha trabajo con muchas orquestas, entonces, entiende el lenguaje, entiende cómo trabajar. Es una agrupación que a veces se presume tan compleja como una orquesta sinfónica.
En octubre tendrá dos presentaciones de corte académico.
El 26 tenemos el concierto de temporada con la Orquesta Filarmónica del Desierto, uno súper académico. Vamos a abordar la “Sinfonía No.1” de Anton Bruckner. El 13 de noviembre visito mi tierra, voy a dirigir por primera vez como director huésped con la Orquesta de Baja California, con obras de Beethoven y Handel.
¿Qué retos conlleva ser un director huésped?
Es un reto y tiene sus particularidades. Uno tiene que llegar muy preparado y hay que buscar y entender cómo funciona esa orquesta, cómo toca, cómo poder estar liderando a una organización en muchas ocasiones más grande que la de uno, o con retos técnicos a los que uno no pudiera estar acostumbrado con tu propia orquesta. Es una experiencia maravillosa ser director huésped y también una forma distinta de hacer música, porque en escasos cuatro días tienes que construir un liderazgo, una empatía y una forma de trabajar, establecer un estilo y comunicación con la orquesta, lo que es bellísimo. Disfruto este tipo de retos.
¿Es una retroalimentación entre el director y los músicos?
Totalmente. Además me gusta invitar a directores huéspedes a la Orquesta Filarmónica del Desierto porque es otra forma de dirigir, otra forma de hacer música y, en muchas ocasiones, es bastante enriquecedor para la propia organización.
¿La música de orquesta es versátil?
Las orquestas pueden ser tan versátiles como lo proponga un buen arreglista. La pluma y la creatividad de un buen arreglista puede hacernos llevar a cualquier género musical, de merengue, de cumbia, de rock alternativo, de música popular mexicana. Una buena pluma, un buen arreglista o compositor puede hacer de una orquesta académica una orquesta totalmente disruptiva, propositiva y arriesgada. Es importante decirlo: una orquesta sinfónica, de cámara o una agrupación de este tipo, es tan versátil como lo podamos tener en el papel.
¿Qué tanto disfruta estos proyectos?
A mí me gustan. Yo los abrazo con mucha energía. Además, si esto desarrolla y contribuye a la creación de nuevos públicos y que se tenga la oportunidad de escuchar una orquesta sinfónica en vivo, eso es un ganar ganar para todos.
Imagen portada: Jesús Cornejo | MILENIO