Un nuevo incremento en el flujo de migrantes que cruzan por México mantiene saturados albergues de la sociedad civil, estancias del DIF, terminales de autobuses y comedores comunitarios en el sur, centro y norte del país; publica MILENIO.
En la Ciudad de México, cientos de migrantes buscan a diario refugio en la Casa de Acogida, Formación y Empoderamiento para Mujeres y Familias Migrantes y Refugiadas (Cafemin), en la alcaldía Gustavo A. Madero. Sin embargo, su espera se ha transformado en una estadía en un campamento improvisado a la intemperie, donde duermen unas 200 personas.
La mayoría se protege de las intensas lluvias con bolsas de plástico unidas con cinta. Los más afortunados permanecen en casas de acampar sobre la acera. Niños de distintas edades juegan por la calle sin importar que sus sandalias o zapatos salgan disparados, mientras que la preocupación de los adultos es otra: no hay cabida para los migrantes en los albergues.
En estas condiciones, la propuesta del albergue de solo dejar pasar a mujeres y niños no la han visto mal. Los hombres adultos pasarán frío e inseguridad en la calle, pero sus familias podrán tener una porción de comida y una cobija para calentarse.
En Tapachula, Chiapas, los cruces de migrantes por el río Suchiate se incrementaron desde hace una semana, y se suman a los miles que llevan meses varados en esa ciudad. Cada mañana, entre 2 mil y 3 mil migrantes buscan realizar un trámite en las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) o en el Instituto Nacional de Migración (Inami).
Este martes, Byron, originario de Tegucigalpa, y otros 3 de sus connacionales, decidieron poner orden y obligaron a sus paisanos a respetar el turno. “No queremos que haya otro desgarriate como el de ayer (lunes), ese pleito de ayer hizo que perdiéramos turnos”, señaló.
En el estado, la presencia de migrantes ha saturado diferentes terminales de autobuses, como las de la capital Tuxtla Gutiérrez, donde las personas han instalado casas de campaña y lonas, en espera de algún documento para continuar su camino al norte.
También han optado por sobrevivir en los estacionamientos de plazas comerciales.
Agustín Figueroa, de la Asociación Civil México Presente, aseguró que este fenómeno se repite en los municipios de Mapastepec, Pijijiapan, Arriaga, Tonalá y San Cristóbal de las Casas.
En Veracruz, la detención de migrantes mantiene saturados los albergues de los DIF Estatal y municipales, por lo que se construirán seis nuevos centros, con recursos de los tres niveles de gobierno, en los municipios de Poza Rica, Xalapa, Zongolica, Hidalgotitlán, Acayucan y Uxpanapa.
“Ya tienen el recurso los municipios, seis municipios para ser exactos, donde se van a construir seis centros para migrantes (…) desde el momento que llegan se les da la atención médica, psicológica, jurídica y se les da alimentación, vestuario y se les sigue el proceso jurídico”, explicó la directora del DIF Estatal, Rebeca Quintanar.
Ante el incremento migratorio, los seis municipios del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, se declararon sin capacidad para recibir a las personas en movilidad.
En Juchitán, las dos terminales de autobuses se encuentran saturadas, pues más de tres mil 500 migrantes que están varados y buscan avanzar a la frontera norte vuelven casi imposible poder comprar un asiento.
“Tuve que cancelar una cita médica porque no encontraba un lugar, me tardé tres días en poder comprarlo”, comentó a MILENIO María Guadalupe Moreno, habitante de Juchitán.
Presión en el norte
La red de 31 albergues que reciben a migrantes en la ciudad fronteriza de Tijuana, en Baja California, se encuentra a punto del colapso ante el arribo de miles de extranjeros que buscan cruzar a Estados Unidos.
“Estamos casi al límite otra vez, ustedes saben que son oleadas, hay meses que baja el flujo y sube”, expuso Enrique Lucero, director de Atención al Migrante en el Ayuntamiento de Tijuana.
Detalló que en la ciudad hay unas 5 mil 500 personas en refugios, mientras que la capacidad total estimada es de 6 mil.
A diferencia de otros años, dijo, ahora son extranjeros de países como Venezuela, Rusia, China, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, República de Guinea, en su mayoría desplazados por la violencia.
“África hay guerrillas, hay terrorismo, hay pobreza, pero también el factor de trata de personas”.
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