Por Félix Cortés Camarillo
Decíamos ayer…
En este mismo espacio me referí a que el magnífico desarrollo industrial que nos han prometido a los neoloneses el empresario mundial Elon Musk y el gobernador local Samuel García, tenía todavía muchos pendientes, casi todos. Enumeraba yo, entre otras cosas, las necesidades de servicios urbanos que el aluvión de migrantes necesarios para la mega factoría de automóviles eléctricos en Santa Catarina plantearía a Nuevo León y sus gobernantes.
La empresa Tesla ha sido más específica: la semana pasada entregó al gobernador Samuelito un Memorándum de Entendimiento no vinculante que por ahora solamente tiene la firma del representante de Tesla. Se enumera ahí lo que el estado de Nuevo León tiene qué hacer para que comience la edificación de la super fábrica. Algo mencioné ayer aquí, pero Tesla es muy clara: quiere una subestación de energía eléctrica y la red de suministro de electricidad suficiente al terreno de la fábrica; construir ramales ferroviarios y un patio privado para los trenes seleccionados. Debe haber también conexión carretera a las cuatro vías accesibles desde el terreno escogido, infraestructura de agua potable y tratada para la empresa y la correspondiente red de drenaje, además de un gasoducto que abastece al palacio de los carros eléctricos. Y otras minucias administrativas y fiscales.
En el documento dado a conocer ayer hay espacio para las firmas del secretario de Finanzas Carlos Alberto Garza y del secretario de Economía Iván Rivas, del gobierno estatal de Nuevo León.
Preguntado al respecto, Iván Rivas le dijo ayer a López-Dóriga que tal documento no podía leerse como un condicionante para que inicien las obras de Tesla. Afirmó que las dos partes –el gobierno del Estado y Tesla- están de acuerdo en trabajar en paralelo en los requerimientos del inversionista y la construcción de la fábrica. No dice eso el texto del dichoso papel.
Diría el filósofo de Güemes que lo único imposible es lo que no se puede hacer. El gobierno del estado tiene la capacidad y los recursos necesarios para cumplir las mencionadas exigencias. La referente al suministro de agua se antoja difícil, a la vista de la escasez del líquido en la zona metropolitana de Monterrey que nada aliviaron las lloviznas de ayer ni remediarán los prometidos chubascos del fin de semana. Esa canción ya le hemos oído en otro ritmo.
Lo que queda en evidencia es que no es suficiente hacer declaraciones mayestáticas de obras faraónicas: las letras del Tik-Tok y el Instagram se disuelven rápidamente. Las obras materiales tienen que ser palpables. Sería mejor hacer más y hablar menos. Sobre todo porque el señor Musk, contra todo evaluación superficial, no es un filántropo que vaya a llevar a los neoloneses al paraíso. Él, es un empresario que invierte sus millones en donde le conviene, para hacerlos crecer. Punto.
Como decía la novia engañada: ahora me cumples, o me dejas como estaba.
PARA LA MAÑANERA (porque no me dejan entrar sin tapabocas): La próxima dirigencia de la Cámara de Representantes será más radical y cargada más a la derecha que la que se fue; con un Congreso así de inclinado y con la posibilidad de que Donald Trump o alguien peor sea el próximo presidente de los Estados Unidos, la posibilidad de que los soldados norteamericanos entren al territorio nacional para poner en orden –o así lo piensan- al narcotráfico mexicano ha dejado de ser una amenaza. Es una posibilidad muy real. A eso vinieron las autoridades gringas a hablar con Lopitos.
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