Por José Jaime Ruiz
Gobernar desde el rumor es una irresponsabilidad. Propiciar que un rumor se convierta en un acto de gobierno transversal, desde municipios como bloque policiaco, es un atentado a la gobernanza y un desprecio a los ciudadanos. Trasladar elementos de seguridad para “defender” al municipio (San Nicolás) es desestimar el trabajo esencial de los municipios con sus ciudadanos. Los municipios que políticamente apoyaron a Daniel Carrillo, no a los nicolaítas, mostraron su vocación política, no su compromiso con sus ciudadanos.
Quien conozca a Zeferino Salgado entenderá sus delirios paramilitares y afiliación totalitaria, nazista. Nuevo León no es la franja de Gaza, ni Hamás, ni Tel Aviv. Zeferino llevó al ridículo a políticos tan curtidos como Cristina Díaz y César Garza Villarreal. En el galimatías político no se entiende que Cristina y César sigan sometidos a Rodrigo Medina (que patrocina a Marcelo Ebrard), a Alejandro Moreno (quien los ha pateado una y otra vez), a Francisco Cienfuegos y Adrián de la Garza (quienes los usan y patean).
La desesperación es terrible consejera. El delirio de persecución, también. Des/ecuación política: el miedo del PRIAN en Nuevo León es diametralmente opuesto a las acciones de Samuel Alejandro. Me corrijo: acorralados, Zeferino Salgado y Francisco Cienfuegos utilizan como peones a Daniel Carrillo, César Garza y Cristina Díaz. No entiendo qué le deben César y Cristina a Cienfuegos. El PRI es un partido resquebrajado (las recientes “expulsiones” lo demeritan), en extinción. Alejandro Moreno terminará siendo una moneda sin valor, como el dirigente actual del PRD (¿alguien sabe cómo se llama?).
No sé si sea anticonstitucional desplazar elementos policiacos de un municipio a otro para defender “la soberanía” del supuesto municipio supuestamente agredido. El declive del PRIAN en Nuevo León entró en paranoia política. Cuando se enseña los dientes de las armas, los políticos del PRIAN juegan peligrosamente con el Estado de Derecho. La evidencia es que el PRIAN desplegó a sus policías; la evidencia es que el Gobierno del Estado nada desplegó.
A pocos nicolaítas les importa que Daniel Carrillo pretenda ser agredido. Su juego político no es el juego ciudadano. Clausewitz escribió que la guerra es la extensión de la política por otros medios. Foucault dijo que la política es la extensión de la guerra por otros medios. ¿O me confundo? Guerra y política. Si nos atenemos a la explicación de la Escuela de Turín, la política de conflicto será el entierro del PRIAN en Nuevo León.
Francisco Cienfuegos ha buscado con fervor a Adán Augusto López para resolver sus crímenes financieros. El alcalde de García le ayudó, pero no resolvió. Rodrigo Medina, Cienfuegos y un poco Zeferino financiaron a Marcelo Ebrard, otro error. En la dimensión Nuevo León, el PRIAN quiso ser esa entidad que manejó a Jaime Rodríguez Calderón. Se equivocaron con Samuel Alejandro.
Todo está en contra del PRIAN en Nuevo León. Su desesperación en San Nicolás da cuenta de ello. Error tras error. Reducir la lucha política a ver quién jode más los negocios del otro, es puerta sellada. El problema de los dueños del PRIAN es que sus negocios, casi lo comprueban, lavan dinero, por eso la Fiscalía General de la República, por eso la Unidad de Inteligencia Financiera.
El PRIAN, dentro de su ingenuidad política, puede atacar al gobernador, pero su despliegue policiaco es nada si el Gobierno federal y estatal deciden el uso político de la fuerza pública. No lo harán. La política local se resuelve en política nacional. Los alcaldes provincianos no entienden. Si un rumor se transfigura en evidencia, bien. Si rumor/cracia se impone, nada vale. El PRIAN avanza hacia el abismo, el personaje flautista los instruye. En su alucinante lucidez, Octavio Paz soñó danzar sobre el abismo. No es la causa ni el caso.
