Por José Francisco Villarreal
Hay dictámenes periciales tan útiles y pragmáticos como las pinzas mecánicas, para todo sirve, desde zafar un perno hasta hacer una cirugía cardiaca. Pero el dictamen “McGyver” llevó esta virtud a dimensiones excelsas. Al menos eso me pareció a mí cuando la “Universidad Nacional Autónoma de Graue” advierte que esa institución no puede involucrarse en temas electorales; además que ya espulgaron el informe, casi tesis, de Xóchitl Gálvez, y la tesis de Claudia Sheinbaum, y que ninguna de ambas mujeres plagió los trabajos. Meses de saliva, tinta, memes, rabietas, vitriolo y pleitos… ¡de oquis! ¿Hasta ahora “dictaminan” cuando ambos temas se agotaron hace mucho? ¡Pues qué oportuno, Herr Graue! Por cierto, ¿y qué tal su tesis, oiga? Pero sea que su intención es deslindarse del proceso electoral por decencia o para ocuparse de menear su propio proceso interno, los ambos dictámenes sólo complican las cosas. Porque a nadie, ni a la propia Xóchitl, le cabe duda de que su “INFORME” profesional está lleno de plagios perfectamente documentados. En cambio, sólo los dubitantes, tendenciosos, y los ilustres ignorantes como Guillermo Sheridan, dudan de la TESIS de Claudia Sheinbaum. Además de que, como es evidente, las acusaciones infundadas surgieron como “defensa” de los plagios abrumadoramente reales de Xóchitl. El dictamen cansino y final de la UNAM mete a las dos mujeres en el mismo saco cuando es más que obvio que no son el mismo caso: el de Xóchitl es un caso documentado, el de Claudia es una calumnia que sólo demostró la escasa o nula formación profesional y la falta de ética de quienes la avalaron o difundieron.
El carpetazo a los plagios de Xóchitl, además de inconsistente con la seriedad de un informe profesional que debe respetar rigurosamente las exigencias en la redacción de un texto de carácter técnico (que no científico), es un tema independiente de cualquier otro.
Claudia Sheinbaum no tiene qué ver con las liberalidades que se tomó la ingeniera X en su “informe”; en esa redacción de textos prácticamente literales que, ahora resulta, no plagió. ¿Préstamo? ¿Apropiación cultural? La UNAM, al exponer ambos casos como algo similar, no se deslinda del proceso electoral; al contrario, ¡lo invade otra vez! No señores, si van a meter los pies en el lodo, por lo menos no chacualeen. Xóchilt acreditó el título de ingeniera chambona y mediocre con un documento agazapado. Claudia sustentó su calidad profesional con trabajo intelectual y de campo, calidad demostrada a la propia UNAM al ejercer como catedrática e investigadora. Lo que debe quedar claro es que la exoneración de Claudia, ni era necesaria, ni refuerza ni justifica la “curiosa” exoneración de la ingeniosa ingeniera X. Solicitarle ahora precisar las “citas textuales”, no es remediar sino remendar los plagios. Ahora que la ingeniera X amenaza con proponer un presupuesto 2024 alterno sustentado sólo en el precio del petróleo, esa divisa más volátil que el amor eterno, con sus antecedentes y en el supuesto que su propuesta fuera suya y no otro plagio, es seguro que pondría a la operación del país a la deriva, en las garras voraces de la especulación económica mundial y las rabietas belicistas de cualquier país. ¡Bien profesional la ingeniera X!
El presupuesto 2024 es otro tema, pero ilustra el crochet que entreteje las estrategias electoreras. Y la propuesta opositora, cualquiera que esta sea, debe ser como se acostumbraba antaño: inútil y tramposa. La única diferencia es que ahora sus argumentos son abiertamente absurdos, y sus interlocutores no son sus cómplices, como antes. ¿Etiquetar recursos para Acapulco? ¿En serio? El mejoralito de todos los sexenios anteriores. ¿De una vez etiquetamos yates, hoteles, depas de lujo? Ni las bendiciones transfronterizas de Calderón y Zedillo han acarreado argumentos contundentes a la balbuceante oposición. ¡Imposible! El laicismo de la 4T descontinuó ese infame santoral. Zedillo y Calderón ya no son los beatos del PRI y del PAN, ahora son lo que han sido siempre pero que los ciudadanos no se atrevían a decirlo: ¡un par de sinvergüenzas! Por no llamarles criminales. Lo interesante es que, a pesar de todos los esfuerzos por sostener la campaña de la ingeniera X, ¡ni rosa, ni fu, ni fa! Es hasta divertido que a pesar de que al joven Samuel se le critique por faltar a su palabra, y que Marcelo se haya puesto en evidencia como traidor a su militancia, ambos políticos tengan más posibilidades de entrar al pugilato electoral y tener mucho más éxito. Exonerada o no de su plagio, la ingeniera X, así se le placee en cada centímetro cuadrado del país, no es el centro de la “no campaña” electoral de la oposición. Sigue orbitando alrededor de los verdaderos protagonistas: sus aduladores y promotores. Y aunque la rispidez interinstitucional con el Poder Judicial federal sea relativamente lateral a las campañas pre-pre-electorales, capta más la atención y opinión de la gente. ¿Y la ingeniera X? Pues por ahí ha de andar. Un poco más desahogada, ahora que para la UNAM y en interpretación de la ingeniera X, “no hay nada grave” en una falta en el rigor académico ni en la ética en un profesionista. Invariablemente, la ingeniera X debe ser pegada con alfileres a lo que sea que la proyecte en la memoria de la gente. La “exoneración” de la tesis de Claudia intentó meter un positivo para Xóchitl, no para Sheinbaum. Pero, como dice el refrán, “no es lo mismo ‘huele a traste’ que ‘atrás te…” Me pregunto ahora… ¿Y Sheridan? ¿Ya le enviaron una copia del peritaje? ¿Ya le otorgaron su flamante doctorado en Ignorancia? ¿O qué? ¿“No hay nada grave” en su calumnia? No cabe duda, la impunidad es el verdadero dictamen.