Por Francisco Tijerina Elguezabal
Extraña, por decir lo menos, la opinión de Salvador Benítez, integrante del Consejo de Administración de Agua y Drenaje en representación de los usuarios (nombrado no sé por quién), en el asunto de la petición de explicaciones que hizo el diputado Javier Caballero sobre la utilización de la bicoca de 27 mil millones de pesos en una deuda a 20 años para el proyecto de repotabilizar agua tratada.
Diese la impresión de que al abogado Benítez ya lo convencieron no sólo de las bondades y la urgente realización de la obra, sino del esquema financiero que, según sus propias palabras, apenas están afinando. Pero siendo así, ¿entonces preguntar por los “cómos”, los “cuántos” y los “dóndes” es politizar el asunto?
Don Salvador se pone dramático y nos avisa que «tenemos frente a nosotros un muy serio problema de abastecimiento para el próximo año; si no llueve, la crisis de agua en Monterrey va a ser una crisis sin precedentes, para evitar que eso suceda necesitamos esta obra».
Puede que tenga razón, pero no puedo menos que preguntar, ¿y El Cuchillo II y no enviar agua a Tamaulipas de qué sirvió? ¿Y la Presa Libertad tampoco sirve?.
Además, habría que recordarle a nuestro ilustre representante en el Consejo de AyD que Nuevo León tiene un compromiso previo con los agricultores de Tamaulipas de enviar agua tratada, ¿cuándo lo vamos a cumplir?
¿Agua de reuso? ¡Desde hace meses la estamos recibiendo en el sur de Monterrey! Desde hace mucho tiempo miles de familias han dejado de beber agua de la llave porque las enfermedades gastrointestinales eran constantes; desde hace mucho de la llave no sale agua, sino “chocolate” y la semana anterior fue el colmo cuando hasta el tanque del inodoro de mi casa se coló ¡una piedra!, misma que trabó la válvula y provocó que se inundara todo el baño.
Quien está convirtiendo un tema de gobierno y de cumplimiento de su función por parte del Legislativo en un asunto político es precisamente Salvador Benítez.
Es prioritario atender la crisis del agua, pero hay que hacerlo con seriedad y sobre todo con transparencia, porque el dinero que en las juntas de consejo aprueban, no es dinero de los consejeros, sino de los nuevoleoneses y es por ello que las explicaciones nunca estarán de más.