Por Francisco Tijerina.
“En una manada vide,
y en otra no vide nada”
Yomero
Será el sereno y dirán misa, pero como nunca antes en la historia política de Nuevo León, la caballada para suceder a Jaime Rodríguez “El Bronco” no está flaca sino lo que le sigue, porque no se ve ni se siente.
Samuel García y su labor de hormiguita cada fin de semana haciendo algo, declarando, apareciendo, se posiciona como una opción, casi la única, porque los demás brillan por su ausencia.
Ildefonso “Poncho” Guajardo dijo que quiere ser, pero su partido, el PRI, trae una batalla intestina en la que se están haciendo pedazos entre todos y no pinta un buen escenario para el futuro inmediato, porque no podrán recomponerse.
En el PAN no cantan mal las rancheras y el pleito interno, a nivel local, es de siempre, de manera que no se ponen de acuerdo ni siquiera para elegir el sabor de los refrescos que se toman. Víctor Fuentes, el Senador, quiere, pero ¿podrá lograr el apoyo de todos los dueños albiazules? ¿A cambio de qué?
Si como dicen, las Superdelegaciones son una forma de control político de Morena con miras a futuras elecciones, en Nuevo León la estrategia no funcionará y no porque no se entreguen los apoyos, sino porque la superdelegada, Judith Díaz, no se ve, no aparece, no se siente.
De los demás no es necesario hablar, no dan batalla ni para el arranque.
La caballada está más que flaca, es casi inexistente… y el tiempo apremia.