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Por Félix Cortés Camarillo

En sus últimas etapas, el golpe de Estado que el presidente López ha venido armando por años tuvo un avance impresionante, dentro de los bordes de la ley. La toma de posesión de la señora Lenia Batres Guadarrama y su sincero discurso en la ocasión, no pueden ser más claros: la misión es acabar con la independencia del poder judicial máximo, al través de tres ministras incondicionales; como si pudiese haber alguna duda, la señora Scheinbaum ratificó la consigna: el poder judicial en México es corrupto e ineficiente. Además de caro.

Hacia finales de este año, ya con la nueva presidente del país, otro ministro de la Suprema habrá de terminar su período, que es de quince años. El plan C, que Lopitos ha presumido hasta la saciedad, presupone que en junio los votantes le daremos la suficiente cantidad de senadores y diputados para lograr la mayoría calificada necesaria para cualquier reforma constitucional. Incluso si el voto mayoritario de los mexicanos dejara al movimiento de López Obrador sin esa mayoría aplastante, si consiguiese la mayoría simple en el Congreso, haría pasar así modificaciones serias a la Carta Magna: sometidas ellas a la Suprema Corte, que para entonces –sueñan- ya habrá agregado un cuarto ministro afín, el máximo tribunal podría ratificar los cambios haciéndolos pasar por constitucionales: los fallos de la Suprema Corte deben tomarse por una mayoría de ocho sobre tres, equilibrio frágil que hoy está vigente. En noviembre del 2024 sería de siete sobre cuatro. Tran tran.

De ahí en adelante acabar con las instituciones. Comenzando por el poder judicial y su tribunal supremo, logrando que los ministros no sean designados como supuestamente lo es ahora, por sus méritos académicos y perfil ético, sino por el voto directo de los ciudadanos, en esa farsa que insiste en llamarse democracia directa. Y que en otras palabras abre las puertas para el voto comprado con el mayor descaro, y a la participación directa del crimen organizado en la administración pública a todos los niveles.

Todo el numerito no podía privarse de la teatralidad que caracteriza al Cuatrote: la hermana del gobernador de la ciudad capital, Martí, pidió por escrito a la presidente de la Corte que reduzca sus emolumentos de manera que no supere a los de su jefe y que igualmente la inscriba en el ISSSTE a efectos de su atención médica y no en alguna institución de seguro de gastos médicos mayores. Esto último, si se aplicara a todos los funcionarios del gobierno comenzando por el presidente de la República, recibiría el aplauso generalizado de todos los mexicanos, si no estuviese salpicado de demagógico fingimiento.

A estas alturas del partido, cuando faltan apenas cinco meses para ir a las elecciones más importantes de la historia de México, queda perfectamente claro que la mayoría de los mexicanos vamos a enfrentar muy pronto el tremendo reto de defendernos de un golpe de Estado incruento. Solamente con el ejercicio masivo y determinado del voto lo podemos lograr.

PARA LA MAÑANERA (Porque no me dejan entrar sin tapabocas): La violencia es rampante. En Tamaulipas, Michoacán, Guerrero, Sinaloa, Campeche o Zacatecas. Más de la tercera parte del territorio nacional está bajo el control del Narco. El presidente López celebra que los delincuentes hayan dejado en libertad a ls migrantes secuestrados para que su gobierno presuma de haberlos “rescatado”. Y lo que todavía nos falta por ver.

‎felixcortescama@gmail.com

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// Félix Cortés Camarillo

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Autor: stafflostubos
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