Para legitimar el desaguisado de su salida de Milenio Televisión, la lectora de notas no comunica, Azucena incomunica, lo suyo es el ruido, nunca el mensaje transparente ni la rendición de cuentas a su audiencia. Aquella muchacha que llegó a Multimedios en un carro destartalado y sin placas, ahora asume una dignidad impostada y sugiere censura. Sugerir y especular son verbos inadmisibles en el periodismo.