Laura Reséndiz recuerda perfectamente esa dinámica escolar, ejecutada principalmente en niveles primaria y secundaria, donde te mandaban al museo que te recibía con letreros enormes de ‘No toques’ o ‘Silencio’; experiencias de distancia, sometimiento y aburrimiento que malsanamente se han trasladado a otros espacio y, por ende, han empapado al grueso de la sociedad mexicana; publica MILENIO.
Pero como una espada que busca romper este imaginario, se erige la QiPO Fair, que este 2024 celebra una cuarta edición desde Temoskali, un edificio ubicado en el 114 de la calle Ayuntamiento, Centro Histórico. El evento pugna por la “experiencia estética viva y placentera”, y no solo para los visitantes, también para los artistas.
Reséndiz, su directora ejecutiva, cuenta a MILENIO que esta celebración cultural es, principalmente, “una respuesta a muchísimos años de trabajo, de amor por lo que hacemos y con el entendimiento de que se necesitan espacios para intereses distintos a los de la venta o que son más arriesgados”.
QiPO se desenvuelve en plena Semana del Arte, como se denomina a estos días donde toda feria, galería y artista, con mecenas o independiente, exalta sus quehaceres y talentos en distintos puntos de la capital del país, formando un circuito que con los años ha convertido a México en un hervidero creativo y económico.
De los eventos que suceden a su alrededor, Laura dice que el más grande, ZsONAMACO, y el que le sigue, Material, «se enfocan específicamente a galerías comerciales. Salón Acme, como su nombre lo dice, es un salón. Y me parece que las más cercanas a nosotros son CLAVO, que también mantiene un programa híbrido, y BADA, que es para artistas y galerías».
«Cada una mantiene sus características», comenta, y de inmediato exalta que QiPO es «la que ofrece que todo mundo tenga una experiencia estética viva y placentera».
Desarrolla esta postura diciendo que en QiPO un artista puede «contarte cómo surgió su obra desde su conceptualización, y te puede hablar de los retos de su realización… Todos estos aspectos, que parecerán muy simples pero son difíciles poderlos hacer».
«Es como regresar el concepto de lo que es una feria en su sentido más simple: la diversidad, las risas, el ir aprendiendo, la sorpresa ante manifestaciones nacionales e internacionales», agrega.
En números y datos, esta cuarta edición, que arrancó el 8 de febrero y cierra el 11, congrega a más de 30 propuestas procedentes de Asia, Europa, Norte y Sudamérica. Además, no todo son obras: también hay performances, música, charlas, publicaciones y proyecciones.
Respecto su equipo, la ex gestora de Anonymous Gallery detalla: Pancho López es el Curador del programa de performance, Ichiro Irie es el Curador de proyectos y Alfonso Zárate es el Director de producción.
«Estamos creciendo en número, que eso es buenísimo. También en cuanto a equipo, porque se suma Pancho. Y el público nos reconoce más, nos vamos abriendo a nuevas audiencias, que eso es nuestro interés. Además del hecho de que sea gratuito, que podamos mantener las puertas abiertas, mantener la oferta de primera calidad. En el hacer equipo se pueden hacer cosas increíbles».
— ¿Por qué México se ha convertido en el foco del arte en Latinoamérica?
— Primero, por la posición geográfica, es fácil el acceso de cualquier área del mundo. También tenemos una historia bellísima, desde lo prehispánico, lo colonial, entonces permite que sigan diferentes narrativas. Y porque la industria del arte está perfectamente establecida: tenemos museos de primer mundo, galerías que compiten a nivel internacional y una oferta de artistas que abordan problemáticas de interés común que nos atañen a todos. Con esa meseta puesta, es orgánico que México se desarrolle.
— En tu experiencia, ¿cuál es la función del arte en el país?
— Es la pregunta de la historia de la filosofía, pero creo que el valor es la conexión humana; el poder conectar con las expresiones que alguien más hace, qué te hacen sentir. Conectar a través de los sueños, de los miedos, de los deseos. Una buena poesía te puede llevar a los lugares más amorosos o una buena pintura te puede llevar a las lágrimas.
— ¿Recuerdas tu primera interacción artística?
— A los 5 años tomé clases de pintura y creo que el poder creativo, el tener una idea y que la puedas expresar, me marcó definitivamente. Desde niña supe que ese era mi primer amor, quería dedicarme al arte.
— Tienes experiencia en la dirección y gestión, pero, ¿qué implica dirigir una feria de este tamaño?
Son muchos retos. La organización, la buena comunicación, que todo mundo esté contento, obviamente el financiamiento. No queremos que todo se cargue a los artistas o al público, entonces generar recursos. Y, sobre todo, no tener una línea artística, que haya acceso, que haya un ambiente que no se vaya a lo puramente académicos o económico, es mantener esa neutralidad.
Y la experiencia QiPO. ¿Cuál es?
Más que decir ‘Vengan a ver las mejores piezas’, es colaborar y hacer cosas increíbles, sin estrés o corriendo. Ahora que lo pienso, eso es el mayor reto: que todo mundo disfrute, compartiendo lo mejor de lo que están haciendo en lugar de estar mordiéndose las uñas por lo económico; el contar sobre su obra a un estudiante, estar abiertos y dispuestos. Que la gente le pierda el miedo a preguntar.
Cuarta edición de QiPo Fair
La celebración artística se realiza en Ayuntamiento no. 114, Centro Histórico, con una entrada que no tiene costo.
Los horarios restantes de la semana son:
Viernes 9 de febrero, de 15 a 22 horas.
Sábado 10 de febrero, de 15 a 22 horas.
Domingo 11 de febrero, de 11 a 18 horas.
Imagen portada: Ariel Ojeda | MILENIO
