Por Francisco Tijerina Elguezabal
“En un minuto hay muchos días.” // William Shakespeare
No dudo de las buenas intenciones de la plataforma “¿Cómo vamos Nuevo León” y de sus integrantes, sin embargo desde su creación siempre he tenido la percepción (y subrayo percepción) de que algo hay detrás, que existe un trasfondo, que se busca ayudar a unos y perjudicar a otros, pero reitero, es sólo una percepción.
Así, casi siempre les doy el beneficio de la duda y en muchos aspectos comparto los resultados de sus encuestas, porque vamos, vivimos en la misma comunidad y nos afectan los mismos problemas, de suerte que los resultados son evidentes, aunque hay ocasiones en que pareciera que hay un mago que se saca del sombrero unas conclusiones medio extrañas.
Fue hasta este lunes cuando leí las conclusiones de su más reciente estudio, presentado un día antes, que caí en la conclusión de que una parte de este recelo que he cargado por años se puede deber (y digo puede), al periodo que transcurre entre el levantamiento de sus encuestas y la presentación de los resultados.
Así, al adentrarme en la información me percaté que el asunto no se debe llamar “¿Cómo vamos Nuevo León”, sino, “¿Cómo fuimos Nuevo León?”, porque refleja la realidad de lo que ocurría en nuestro entorno hace seis meses.
Según los datos metodológicos del estudio, las encuestas se realizaron entre el 28 de agosto y el 17 de octubre y nadie, nadie, me puede negar que el contexto y la problemática que vivíamos entonces era muy diferente a la que hoy tenemos.
Visto así, sería como acudir al doctor a consultar y que te dijera: “hace seis meses le hicimos unos estudios y usted estaba enfermo de esto y esto”. ¿Y qué pasó después? ¿De qué esta enfermo ahora? ¿Avanzaron sus males, se estancaron, mejoraron?
No puedo dejar de desconfiar en los resultados cuando el levantamiento de la información para los alcaldes es de apenas unos cuantos días y, en contraste, la información para el gobernador y su administración es de casi tres meses.
No soy experto en encuestas, pero me queda claro que la opinión ciudadana se basa en lo vivencia inmediata posterior al momento de responder a las preguntas, por lo que presentar como actuales los resultados de hace seis meses no creo que sea ni lo correcto, ni lo más apegado a la realidad.
Alguien escribía por ahí que Nuevo León vive polarizado en una mitad para todo y ejercicios como este sólo vienen a reafirmar las posturas ya que nos ofrecen la visión de justamente hace medio año.
¿De qué nos sirve conocer lo que nos afectaba hace seis meses? ¿En dónde queda el sentido de la oportunidad? ¿Para qué quiero un diagnóstico así?
Sigo creyendo que algo hay detrás, pero no puedo comprobarlo. Lo que sí puedo decir es que el estudio me parece totalmente inservible si no me brinda la oportunidad de corregir el rumbo y mejorar las cosas que los ciudadanos queremos en la actualidad, no hace seis meses.
