En 2017 quedó prácticamente hecho añicos el rostro de la escultura La esperanza a consecuencia del sismo del 19 de septiembre. Se vino abajo desde lo alto de la fachada de la Catedral Metropolitana, por lo que los expertos tenían muy pocos elementos para su reconstrucción; publicó MILENIO.
Siguiendo los cánones de la restauración internacional y con algunos vestigios originales que se lograron salvar, se procedió a realizar la reconstrucción de la obra que el arquitecto español Manuel Tolsá concibió como parte de la obra Las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.
Para acabar con la polémica suscitada en redes sociales, porque desde la perspectiva de algunos restauradores ese rostro no tiene nada que ver con la obra de Tolsá, el arquitecto Arturo Balandrano, director de Sitios y Monumentos de la Secretaría de Cultura, enfatizó: “No es un falso histórico” el rostro reconstruido de la escultura La esperanza, de Manuel Tolsá.
Aclaró que la pieza fue restaurada de acuerdo con los parámetros mundiales, que no permiten hacer una obra idéntica porque eso sería realizar un falso.
“La cabeza de la escultura de ‘La esperanza’ se destruyó y no podíamos dejarla descabezada, hicimos un trabajo muy respetuoso para restituirla. Buscamos el banco de cantera Chiluca que nos diera la tonalidad de la pieza, cortamos la pieza, contratamos a uno de los mejores canteros y talladores que hay, Esteban Reyes. Dotamos de toda la información gráfica al equipo de restauración, ya que antes del sismo hicimos un levantamiento con dron y con escáner láser que nos permitió tener un levantamiento en tercera dimensión”.
El proceso
La reconstrucción de la cabeza de la escultura ‘La esperanza’ fue posible porque se recuperaron varios fragmentos, algunos grandes, como un parietal completo: “La reposición de la cabeza es una aportación de esta generación de técnicos especialistas en restauración, se respetó el diseño de Tolsá”.
Tras mostrar una fotografía de un fragmento recuperado de la cabeza de La esperanza, el funcionario dijo que eso “les permitió retomar el peinado de la escultura, el diseño de las fosas oculares, de los pómulos y de la boca, con esos elementos y el modelo tridimensional que tenemos junto con las fotos históricas. La idea fue hacerle un homenaje al arquitecto español, por supuesto que no pretendemos decir que es la imagen que hizo Tolsá, no”.
Enfatizó que la actual cabeza presenta un tallado de gran calidad que no es el que realizó Tolsá, reiteró: “No puede ser porque la cabeza se perdió: es un tallado que hace honor a la técnica escultórica del arquitecto y escultor. La apreciación de algunos supuestos especialistas, que dicen que es grotesca porque no sigue su estilo, es una apreciación que puede ser muy respetable, pero no la comparto. Hay muchas personas que sí están muy felices, entre ellos Tolsá, al ver nuevamente su conjunto escultórico coronando la Catedral”.
Balandrano explicó que hay una norma en la restauración internacional y nacional en la que se dice que no se puede hacer una réplica exacta de algo que ya se perdió porque “entonces vas a hacer un falso histórico, así que teníamos que hacer una pieza que tuviera el respeto hacia la obra original, pero que se viera que era una pieza repuesta y distinta, por lo que estamos dentro de las normas y es un esfuerzo que respeta el simbolismo”.
Antes del acto oficial de develación de la pieza y de las otras dos esculturas, que fueron bajadas hace seis años para su restauración, Balandrano indicó que la Catedral estuvo coronada por 200 años por ese conjunto escultórico diseñado por Tolsá.
“Minutos después del sismo de 2017 no me podía imaginar que íbamos a poder restaurarla y volverla a ver. La pieza se fragmentó en tres pedazos grandes del cuerpo, la cabeza se fragmentó en polvo y establecimos un plan de restauración también de las tres esculturas que sólo estaban sobrepuestas sin nada que las sujetara”, relató.
Para ello se contrató a la restauradora Marina Raquel Straulino, muy reconocida a nivel internacional y nacional. Ella y su equipo elaboraron el proyecto de restauración, incluido el trabajo del maestro cantero.
Junto con un equipo de ingeniería de la UNAM se colocó debajo de cada una de las tres esculturas una barra de acero inoxidable que penetra 70 centímetros dentro del pedestal y también 70 centímetros dentro de cada una de las esculturas: “Eso nos va a asegurar que las obras ya no se muevan”.
El costo de la restauración fue de 5 millones 200 mil pesos, de los cuales 3 millones aproximadamente se destinaron exclusivamente a la escultura ‘La esperanza’.
“No somos Tolsá”
Después de que Ricardo Valenzuela, rector de la Catedral Metropolitana; Martí Batres, jefe de Gobierno, y Alejandra Frausto, secretaria de Cultura, develaron las esculturas, la restauradora Marina Raquel Straulino explicó que se realizó un modelo en plastilina, el cual fue analizado y avalado por las instituciones involucradas, con lo que se procedió a tallarla en la piedra Chiluca.
“Según los criterios de restauración había de dos: se dejaba descabezada la escultura o se le hacía una nueva cabeza, por lo que no es una restauración de esta debido a que quedó muy poco de la original, lo que se hizo fue una restitución, como hay criterios internacionales no hicimos una falsificación, nosotros no somos Tolsá”, finalizó.
Imagen portada: MILENIO