Por José Jaime Ruiz
…mortales que nada saben … bicéfalos, pues la incapacidad que hay en sus pechos endereza un pensamiento descarriado. Y ellos se dejan arrastrar, sordos y ciegos a un tiempo, estupefactos, horda sin discernimiento. // Parménides
En su bestiario Leonardo da Vinci, siguiendo a Plinio, describe al monstruo anfisbena: “Tiene dos cabezas: una en el sitio normal, la otra en la cola, como si no le bastase con una para arrojar su veneno”. Representación no tan común como las gárgolas, el bicefalismo de la anfisbena en contra de Claudia Sheinbaum, su ponzoña, se escupe cotidianamente en boca de Xóchitl Gálvez al que se suma ahora, contrito y encolerizado, Claudio X. González:
“La Dra. Sheinbaum -en los 80’s y 90’s- decía combatir el autoritarismo, la corrupción, el desfalco y el abuso del régimen entonces dominante. PERO AL COMBATIR AL ‘MONSTRUO’ SE CONVIRTIÓ EN EL MONSTRUO. Ahora defiende el autoritarismo, la corrupción, el desfalco y el abuso de Morena. Peor aún. Defiende y quiere construir un ‘segundo piso’ para un régimen propagandista, polarizante, militarizado y -para colmo- en franca connivencia con la delincuencia organizada. Si tuviera un mínimo de auto-crítica y ética, reconocería que ahora defiende a un régimen mucho más dañino y destructivo del que decía combatir.”
Si Claudio X. González tuviera un mínimo de autocrítica y ética reconocería que, como miembro distinguido del antiguo régimen y de la oligarquía corrupta, lo suyo ha sido el autoritarismo (Nochixtlán), la corrupción y los abusos del régimen que, como Enrique Krauze, tanto añora, el de la dictadura perfecta. Ese régimen de dos partidos que, en palabras de Jorge Ramos (Reforma), “simbolizan el inicio de la narcoviolencia en el país, en el caso del PAN, y la corrupción, fraudes, desigualdad y abusos de autoridad que marcaron al México priista desde 1929 al 2000”.
Para Claudio X. González el nuevo régimen de la 4T es más “dañino y destructivo” que el antiguo sistema político mexicano, el del neoliberalismo y la oligarquía corrupta. Esa “dictadura perfecta” represora (Tlatelolco 68, el golpe a Excélsior, Acteal…), que desfalcó a los mexicanos (Fobaproba), privatizó la energía (Pemex, CFE), ese régimen que asesinó a Luis Donaldo Colosio Murrieta, ese narcoestado de Felipe Calderón y Genaro García Luna, dictadura perfecta para los evasores de impuestos y devaluación constante del peso con salarios mínimos raquíticos.
El regreso a esa larga noche negra para los mexicanos es lo que propone el oficio de ofidio de Claudio X./óchitl, ese monstruo de dos cabezas, áspid que siembra el veneno de la ira, las calumnias; delincuentes de cuello blanco que someten a la Suprema Corte de Justicia. Frente a esa víbora de dos cabezas, arrastrada, sorda y ciega, de pensamiento descarriado, estupefacta horda sin discernimiento, el mensaje amable pero firme de Claudia Sheinbaum:
“Imagino la frustración de Claudio X González. Debe ser difícil abanderar una causa perdida, ya no tener el derecho de picaporte o el terrible sufrimiento por tener que pagar impuestos. Debe causarle dolor de estómago ver el buen desempeño de la economía mexicana”.
Elegante, elocuente, impecable madriza de Claudia al fracasado Claudio X.
