Por José Jaime Ruiz
“Evidenciados por las redes sociales y otros casos revelados por ellos mismos, los escándalos de los hijos de políticos han proliferado en los últimos meses, afectando la carrera de sus padres y familiares”, documentaba hace años el periódico El Universal.
“La descendencia de los poderosos ha salido de las páginas de Sociales en los diarios y ahora, vía redes sociales, irrumpe en asuntos de Estado con sus escándalos.
“(…) Las redes sociales han servido de plataforma para dar a conocer los casos de los hijos de políticos -juniors- de diverso signo donde se publican sus fiestas, viajes, compras, el dispendio. Estos hechos han afectado a sus padres al grado de poner en riesgo sus trayectorias personales y la imagen de las instituciones.
“Ser hijo de un poderoso en México ha motivado a lo largo de la historia estilos de gobierno, abusos y van desde la práctica del nepotismo, los negocios particulares desde las áreas de licitaciones públicas, hasta el uso de influencias”.
O ponerse briago al estilo de Felipe Calderón o de su mamá, Xóchitl Gálvez, como escandalizó Juan Pablo Sánchez Gálvez, coordinador nacional de Jóvenes de Frente de la campaña de la candidata de la oligarquía corrupta en un antro de Polanco. En México el problema no es ponerse hasta atrás sino que desde la borrachera, por ser hijo de quien se es, salga a relucir el clasismo, la prepotencia, el influyentismo, la violencia, la misoginia, las posibles adicciones y, obvio, la pésima educación familiar.
Hace semanas en un video Sánchez Gálvez pidió en Coahuila votar por su madre: “Así que vamos con Xóchitl, vamos por la mamá de todo México, porque ella quiere lo mejor para cada uno de ustedes. Entonces, les pido su apoyo para nuestra próxima presidenta de México, Xóchitl Gálvez, mi mamá, la mamá que los va a cuidar como un hijo”. Lamentable, muy lamentable, porque si Xóchitl va a cuidar a los jóvenes y niños como descuidó la educación de su hijo, poco o nada tiene que hacer en la boleta electoral.
«Yo pasé por un hijo adolescente que me sacó canas verde, tenía que ir a los antros a sacarlo y quería dejar la carrera y entonces gracias a una psicóloga yo pude saber cómo controlar o ayudar a mi hijo», dijo hace días Xóchitl. Tal parece que, como ella misma, su hijo sigue descontrolado.
Maleducado, grosero, descortés, incorrecto, gamberro, malcriado, malacostumbrado por Xóchitl Gálvez y su familia, Juan Pablo Sánchez Gálvez se pasea por la vida mostrando su prepotencia; no es el único, también los hijos de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto resultaron juniors vulgares. El coordinador nacional de Jóvenes sin Miedo no coordina ni siquiera sus movimientos corporales. Pésimo video para Claudio X./óchitl en vísperas del debate.
