Por Francisco Tijerina Elguezabal
“En la política el arrepentimiento no existe. Uno se equivoca o acierta, pero no cabe el arrepentimiento.” // Santiago Carrillo
Habrá que reconocerle al Gobierno del Estado que por fin hizo algo para aliviar, aunque sea en un poco, la caótica vialidad estrangulada que vive la metrópoli, aunque paradójicamente la propuesta no salió de los responsables del tema en la administración estatal, sino de la Secretaría del Medio Ambiente.
La idea de restringir a la noche el paso de unidades de carga por nuestras avenidas es algo que ya en muchas ocasiones habíamos propuesto sin encontrar eco. La medida de permitir que se mezclen con el resto del tráfico lo único que consigue es extender las horas pico y poner en riesgo a quienes circulan a esas horas.
Es buena la idea de sólo permitirles utilizar nuestras calles durante la noche, pero habría que coordinarla (¿serán capaces de hacerlo aunque sea sólo en este tema?) con las direcciones de vialidad y tránsito municipales a fin de implementar operativos permanentes no para centavear a los choferes como el que se instala en Constitución entre Revolución y Félix U. Gómez, sino para obligar a los “empachecados” choferes a no exceder los límites de velocidad y mantenerse en carriles exclusivos, sin jugar a las carreritas.
La medida propuesta por Alfonso Martínez Muñoz de entrada salvará vidas, aliviará el congestionamiento vial y, también cumplirá con el propósito de reducir la contaminación.
Ojalá, lo digo en serio, puedan ponerse de acuerdo e implementarla cuanto antes, por el bien de todos.
