Por José Jaime Ruiz
La estrategia de Claudio X. González para debilitar a Claudia Sheinbaum los días anteriores al debate es simple, siguiendo la teoría negra de Jorge Castañeda (go negative) propició que uno de sus empleados, Carlos Loret de Mola, construyera un montaje en un recorrido de Sheinbaum por Chiapas y que encapuchados detuvieran el convoy de la candidata para generar la percepción de su colusión con el crimen organizado y, así, llevar al terreno real la campaña negra de bots de “narcocandidata”: México convertido en un país violento, un narco-Estado que tendría narco-elecciones para imponer a Morena de nuevo en la Presidencia de la República. El otro argumento falaz es el de la corrupción de Claudia y su familia a través de posicionar tendencias que refieran a los Panama Papers y sus “propiedades”, ya que “todos los políticos son iguales; todos, corruptos”.
Los montajes de la violencia y la corrupción los hicieron pedazos el presidente Andrés Manuel López Obrador y la candidata de Morena, por el lado de la inseguridad; en el otro aspecto, el de la corrupción nunca comprobada, bastó un comunicado de Sheinbaum para deshacer el entuerto de Claudio X. González y desnudar su ramplón liderazgo de sociedad civil y coordinador de facto de la campaña de Xóchitl Gálvez, a lo que he bautizado con la contracción “Claudio X./óchitl”. La campaña de involucrar a Carlos Imaz en el patrimonio de Sheinbaum fue, por imposible, inútil: no pegó ese chicle.
El repugnante chicle que sí pegó fue el de su candidata Xóchitl quien, por su supuesta halitosis, es una consumidora obscena de chicles que deja impúdicamente debajo de la silla o, con la prepotencia con la que educó a sus hijos, en la mano sorprendida de su ayudantía. Buscar un patrón en los errores electorales de Xóchitl no tiene ciencia, Xóchitl es el modelo, Xóchitl es el Error. Des/ubicada en una dimensión desconocida, la candidata del PRIAN no encuentra quicio que la proteja, se encuentra des/quiciada, por eso firma –o tratar de firmar–, en el evento de la primera infancia, en el espacio que le corresponde a Jorge Álvarez Máynez.
Demoscópica y moralmente derrotados, la reciente encuesta de Enkoll-El País sitúa a Claudio X./óchitl en su lugar, los “ubica”. Inmejorable la semana de Claudia Sheinbaum, empezando con la perfecta reunión con los banqueros y, ayer mismo, su ponencia ante el Council of the Americas. Todoterreno, plural y multitask, Sheinbaum no sólo seduce, convence.
Del agua estancada espera veneno, vendrán más campañas negativas, más tormentas de mierda. Andrés Manuel cumple a cabalidad su función; Claudia, también. La tarea del movimiento de la 4T es atajar la negritud de las campañas de la oposición, desmoralizar al PRIAN, ir por el Plan C, provocar la frustración –cada día, cada hora, cada minuto– de Xóchitl Gálvez.
