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“A Paul Auster le hubiera gustado morir contando un chiste”: Siri Hustvedt

“Era ingenuo, pero había imaginado que sería la persona que anunciaría la muerte de mi marido (Paul Auster). Robaron esa dignidad. No conozco la historia completa sobre cómo sucedió esto, pero sé esto: está mal”, escribió Siri Hustvedt, en un largo mensaje en Instagram; informó MILENIO.

El escritor Paul Auster (1947-2024) falleció a los 77 años de edad el 30 de abril de 2024 a las 18:58 tras una larga batalla contra el cáncer de pulmón que padecía.

“Murió en casa, en una habitación que amaba, la biblioteca, una habitación con libros en cada pared, desde el suelo hasta el techo, pero también ventanas altas que dejan entrar la luz. Murió con nosotros, su familia. Algún tiempo después, descubrí que incluso antes de que su cuerpo hubiera sido sacado de nuestra casa, la noticia de su muerte estaba circulando en los medios de comunicación y se habían publicado obituarios. Ni yo, ni nuestra hija, Sophie, ni nuestro yerno, Spencer, ni mis hermanas, a quienes Paul amaba como a sus propias hermanas y presenciaron su muerte, tuvimos tiempo para asumir nuestra grave pérdida. Ninguno de nosotros fue capaz de llamar o enviar un correo electrónico a la gente querida antes de que comenzara el escándalo en línea. Nos robaron esa dignidad”, agregó.

La escritora Siri Hustvedt aseguró que Paul Auster nunca dejó Cancerland, así le llamaba a la larga lucha de su esposo contra el cáncer

“Resultó ser, en palabras de Kierkegaard, la enfermedad hasta la muerte. Después de que los tratamientos habían fallado, su oncólogo le ofreció quimioterapia paliativa, pero Paul dijo que no y pidió apoyo en casa. Los estragos del tratamiento del cáncer son experimentados por muchos pacientes, y algunos se curan, pero lo que el mundo de la medicina llama educadamente ‘efectos adversos’ fácilmente se convierte en una realidad en cascada de una crisis tras otra, causada no por el cáncer, sino por el tratamiento. Las inmunoterapias, que actúan a nivel molecular, pueden ser particularmente peligrosas”.

Y agregó que “Paul había tenido suficiente. Pero él nunca, ni por palabra ni por gesto, mostró un signo de autocompasión. Su coraje y humor estoico hasta el final de su vida son un ejemplo para mí. Dijo varias veces que le gustaría morir contando un chiste. Le dije que era improbable, y él sonrió”.

En su largo mensaje en Instagram, la escritora Siri Hustvedt destacó que Paul Auster no tenía computadora, escribía a mano y en una máquina de escribir Olympia.

“En los últimos días de su vida, él estaba escribiendo cartas a nuestro nieto Miles. Su escritura se tambaleó como resultado de un temblor causado por el tratamiento, pero rayó esas letras hasta que perdió toda fuerza. Nuestra asistente y querida amiga, Jen Dougherty, descifró los mensajes después de que yo los había fotografiado y ella los escribió para él. Él quería que fuera su último libro. En un suspiro de determinación, se las arregló para terminar una carta y completar su texto, pero el manuscrito no es largo. Con esa carta, su vida escrita terminó”.

Imagen portada: Archivo

Fuente:

// Con información de Milenio

Vía / Autor:

// Staff

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Autor: lostubos
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