Luego de años en prisión, el gobierno de Luis Echeverría reconoció al feminicida serial, conocido como El Estrangulador de Tacuba. Te contamos la historia de este criminal que casi tiene su propio monumento.
En 1942, El Goyo Cárdenas, mejor conocido como El Estrangulador de Tacuba, aterrorizó durante un mes a la Ciudad de México con una serie de feminicidios seriales, que se caracterizaban por su peculiar modus operandi; publica MILENIO.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la historia de este criminal trascendió porque en su momento, políticos mexicanos pensaron en hacerle una escultura en su honor tras rehabilitarse socialmente, dejando en el olvido a las víctimas de este asesino serial.
Te decimos por qué lo reconocieron en la Cámara de Diputados, y cómo es que pasó de estar preso en los calabozos de Lecumberri a terminar una carrera en química y otra en derecho en la UNAM.
¿Quién era ‘El Goyo Cárdenas’?
Gregorio Cárdenas Hernández nació en 1915 en la Ciudad de México. Durante su niñez, sufrió de encefalitis, lo que le provocó un severo daño neurológico que le ocasionó un comportamiento anormal; «gustaba» de asesinar pollos, asfixiándolos o quemándolos.
A pesar de que El Goyo Cárdenas también tenía problemas para controlar sus esfínteres, siempre demostró tener un alto coeficiente intelectual, situación que le permitió terminar una carrera universitaria.
De acuerdo con un informe psicológico del doctor Lafora sobre este asesino serial, algunas de las enfermedades de Don Goyo podrían haber sido hereditarias, pues su padre sufrió de fuertes migrañas durante toda su vida, mientras que sus hermanos padecían de ataques de epilepsia.
Compañeros de escuela del asesino serial aseguraban que se trataba de una persona tímida, a quien le gustaba prender fuego al cabello de sus compañeras, y ofrecer dulces contaminados con desperdicios humanos, de acuerdo con algunos testimonios recogidos en el libro Memorias de un loco anormal, de Andrés Ríos Molina.
Con el paso del tiempo, estas actitudes antisociales de Gregorio terminaron por convertirlo en el asesino serial que gran parte de México conoce como El Estrangulador de Tacuba, aunque también recibió el apodo de El Ted Bundy Mexicano, por su modus operandi.
¿A cuántas mujeres asesinó ‘El Goyo Cárdenas’?: Origen de su apodo
El Goyo Cárdenas fue llamado por muchos historiadores como un «asesino relámpago», ya que la mayoría de sus crímenes —de los que se tiene conocimiento— ocurrieron de agosto a septiembre de 1942, luego de que el hombre terminara sus estudios como químico, se independizara de su familia y comenzara a trabajar para Petróleos Mexicanos (Pemex).
Primera víctima: La estranguló con un preservativo
Se dice que El Goyo Cárdenas se mudó a una residencia en Tacuba, donde asesinó a su primera víctima: una mujer de 16 años. María de los Ángeles se dedicaba a la prostitución, y tras sostener relaciones con el hombre, éste la ahorcó con un preservativo y la enterró en el jardín de su casa.
Tras este primer homicidio, Gregorio Cárdenas fuera apodado El Estrangulador de Tacuba.
Desconocen identidad de segunda víctima
Posteriormente, asesinó a otras dos mujeres; la identidad de la segunda víctima se desconoce, pues las autoridades indicaron al principio que se trataba de una adolescente de nombre Raquel González León, de 14 años; sin embargo, meses después se confirmó que la menor se encontraba con vida, por lo que nunca se comprobó la identidad de ese cuerpo.
Tras difundirse la noticia errónea de la posible víctima, la hermana mayor de Raquel murió de un infarto.
La tercera víctima se trató de otra prostituta identificada como Rosa Reyes Quiroz, la cual —previó a ser asesinada— se negó a tener relaciones sexuales con El Estrangulador de Tacuba.
‘El Estrangulador de Tacuba’ practicaba necrofilia con los cadáveres de sus víctimas
La última víctima de El Goyo Cárdenas se trató de Graciela Arias Ávalos, de 21 años, una alumna de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la que siempre había estado enamorado el asesino serial, y que tras rechazarlo la asesinó a golpes para después enterrarla en su jardín junto con el resto de los cadáveres; no sin antes realizar necrofilia con el cuerpo, práctica que se dice que realizó con todas las mujeres que asesinó.
Además de las prácticas de necrofilia que realizaba el asesino serial, se dice que El Goyo Cárdenas ponía a los cadáveres de sus víctimas una sustancia química para que cambiaran de color y experimentaba con los cuerpos para que las autoridades no las pudiera identificar.
Al Estrangulador de Tacuba también se le intentó relacionar con la muerte de una quinta víctima; una prostituta que fue encontrada asfixiada en un hotel ubicado en la colonia Guerrero, a unas cuantas calles de donde vivía su familia; sin embargo, nunca se le pudo comprobar su participación en ese homicidio.
De la detención a su rehabilitación: ¿Cómo capturaron a El Goyo Cárdenas?
No pasó mucho tiempo desde que asesinara a Graciela, cuando El Goyo Cárdenas decidió internarse en una clínica psiquiátrica afirmando que estaba “loco”; sin embargo, las autoridades lograron rastrearlo hasta ahí para realizarle un interrogatorio en el que confesó sus crímenes y el lugar donde había enterrado a sus víctimas.
Durante las investigaciones, las autoridades encontraron cuatro cadáveres enterrados en el jardín de Gregorio, además de un diario en el que mostraba su arrepentimiento por haber matado a Graciela, pero en el que anteriormente relataba cómo cometió sus crímenes y sus actos de necrofilia; así como fotos de él vestido de Geisha.
«La fotografía encontrada por la policía en la que aparece disfrazado de Geisha, fue asumida como una prueba irrefutable de su homosexualidad», se le en el libro Memorias de un loco anormal.
Ante esto, El Goyo aceptó sus cargos, aunque años más tarde alegaría que se trataba de una conspiración de sus ex compañeros de Pemex y trataría de defenderse con el pretexto de su estado de salud mental, lo que le funcionó para ser trasladado del Palacio de Lecumberri al manicomio de La Castañeda, donde recibió terapias electroconvulsivas hasta ser declarado mentalmente competente.
Posteriormente, Gregorio escaparía del manicomio hacia el estado de Oaxaca, donde se desempeñó como profesor, pero las autoridades lo volvieron a detener y fue trasladado a Lecumberri, para comenzar con su rehabilitación social, acto por el que incluso fue reconocido en el país, olvidándose de sus crímenes.
¿Cómo fue la rehabilitación de ‘El Goyo Cárdenas’?
Durante su segunda estancia en Lecumberri, El Goyo Cárdenas comenzó una carrera de derecho para ayudar a otros presos del penal; además se dice que pintaba y tenía una revista en el reclusorio en el que relataba las historias de los crímenes que le contaban los internos.
En 1976, el presidente Luis Echeverría Álvarez le concedió un indulto a Gregorio Cárdenas, quien después de haber quedado rehabilitado socialmente fue liberado por el juez Raúl Gutiérrez Márquez.
Ante esto, El Goyo Cárdenas fue invitado a la Cámara de Diputados para ser reconocido por su rehabilitación, e incluso se planteó hacerle una estatua en su honor por ser considerado “un ejemplo para la sociedad mexicana”.
Tras su liberación, Gregorio pudo acabar su carrera de derecho en la Facultad de Estudios Superiores Aragón (FES-Aragón) de la UNAM, en ese entonces conocida como ENEP, en 1982, con el número de cédula: 756352; además le dieron la oportunidad de exponer y vender sus pinturas que realizó en prisión.
Gregorio se tituló gracias a su tesis: Insuficiencia de nuestra legislación en la inimputabilidad por ausencia o disminución de capacidad mental.
La historia de El Goyo Cárdenas se volvió parte de la cultura popular, al grado de que se creó la obra de teatro El Criminal de Tacuba, a la cual demandó por exponer su sexualidad y otros aspectos de su vida. La demanda fue ganada por el asesino serial.
Finalmente, el 2 de agosto de 1999 moriría por causas naturales a la edad de 84 años.
Imagen portada: Especial | MILENIO