Su cuerpo menudo intenta aferrarse a una bandera monumental, que se tambalea arbitrariamente por la plaza de la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México. Por fin logra ponerse derecho, como soldado y logra el balance perfecto para ondearla unos minutos. Pero otra vez le gana el peso del mástil de madera, que cede ante el viento de la tormenta que está por caer; publica MILENIO.
Va todo de rojo: gorra, camiseta, pulseras de tela con la marca “PRI”. Aún resulta extraño a la vista que los logos del partido que gobernó siete décadas el país, se pierdan entre todo el azul que hoy domina el mitin. El Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional fueron enemigos históricos hasta hace muy poco, cuando decidieron hacer una alianza –que el presidente López Obrador llama inmoral– como una medida extrema para ganarle a la izquierda la capital del país.
De hecho, solo Santiago –así se llama el joven que apenas puede con la bandera– y una chica sonriente que parece ser su jefa, han llegado ataviados de rojo, muy temprano, y sobresalen entre la multitud de mujeres de cabellos blancos que comparten un accesorio en común: crucifijos discretos. “Uy, yo a Santi lo conozco desde chiquito”, dicen dos señoras que llegaron a apartar lugar al lado del joven abanderado.
“Santiago, Santiago”, grita la joven de cara aniñada y mejillas rojas mientras le lanza una mirada de desaprobación al joven que no puede controlar la bandera. Pero es que este es su tercer evento del día y los intentos por ondearla ya lo tienen cansado. No da más.
—¿Vas a votar por Santiago? —pregunto refiriéndome a su tocayo de apellido Taboada.
—Mmmh, sí —contesta con desgano.
—¿Por qué? —insisto.
—La verdad, ni lo conozco, pero sí, ya qué. ¿Oye, sabes cuantos eventos tiene mañana? —pregunta el joven.
La respuesta de este Santiago no es inusual. Hace apenas dos días el candidato tuvo que asistir a un evento con la militancia en el recinto sagrado de su enemigo histórico: el CEN del PRI.
Ahí otros líderes de Iztacalco e Iztapalapa confesaron lo mismo: Taboada es panista “pero no hay de otra”, hay que unirse para sacar a Morena de sus colonias, dice el señor Felipe, un ex agente de la Dirección General de Policía y Tránsito del entonces D.F. “Así que hay que apoyar con todo”.
La ex delegación y hoy alcaldía Benito Juárez, donde se lleva a cabo el mitin, es uno de los bastiones del panismo no sólo en la capital sino a escala nacional; es una demarcación que concentra colonias como la Narvarte o Del Valle, donde viven en su mayoría profesionistas y clasemedieros que por allá de los años setenta lograron cumplir el sueño y se compraron una casa o un departamento.
Hace dos años uno de estos barrios, la colonia Del Valle, incluso mereció el desprecio televisado del presidente Andrés Manuel López Obrador.
«Hay más pensamiento conservador en la Colonia Del Valle que en las Lomas [de Chapultepec], por ejemplo. Está extendido, no son afortunadamente mayoría porque el pueblo no está de acuerdo con ese pensamiento de egoísmo, individualismo, de corrupción, de clasismo, de racismo».
El entonces alcalde de Benito Juárez, Santiago Taboada, ahora candidato a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, no tardó en responderle al Presidente que no se le olvidara que esa era la demarcación que más recursos le aportaba el erario de la ciudad, y del país, vía el pago de impuestos.
“Aquí los vecinos tienen un índice de desarrollo humano envidiable”, le recordó.
Pero en esta elección no solo los priistas tienen el corazón partido. Una parte de la militancia panista también está sentida con Santi, como llaman cariñosamente al candidato, pero reconocen que “es un tipazo” que mantuvo blindadas sus colonias con su estrategia policial que evitó que malvivientes de otras colonias robaran las partes de sus coches, agradecen.
Un vecino ejemplar
Santiago Taboada es un abogado de 38 años, que a diferencia de otros panistas, no fue a una universidad privada y es egresado de la UNAM.
Para el 2006 empezó su carrera al interior de Acción Nacional, el tradicional partido con posturas de derecha en México. De secretario regional pasó a ser coordinador de modernización, puestos pequeños que lo colocaron en la mira de los panistas viejos.
Para el 2012 logró una curul en la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México y en el 2015 se colocó como diputado federal plurinominal: la demostración más grande de amor del partido.
En 2018 se postuló para alcalde de Benito Juárez, ganó y se convirtió en el más joven en la historia de la capital.
Santiago Taboada vive en la colonia San José Insurgentes, y logró que 162 mil 049 de sus vecinos lo reeligieran en 2021. Una elección en la que logró un triunfo abrumador con 67.96 por ciento de los votos.
Para 2022 la Fiscalía de la Ciudad de México intentó demostrar que no era un vecino ejemplar: anunció una investigación que revelaba que tan solo entre 2017 y 2021 se autorizaron más de mil manifestaciones de construcción para obras nuevas en su alcaldía, aduciendo probables irregularidades. La investigación sigue, pero hasta ahora no han logrado demostrar judicialmente las acusaciones.
“El cártel inmobiliario” es una acusación que desde el morenismo en esta campaña persigue al candidato, una que parece dolerle. De hecho el 25 de abril de este año logró que el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) prohibiera a su contrincante de Morena, Clara Brugada, referirse a él relacionándolo con los términos “cártel inmobiliario” o Santiago “Tajada”.
Sólo un año después de que iniciaran tales acusaciones se empezaría a negociar la alianza entre el PRI y el PAN, luego de que los sondeos colocaban abrumadoramente a Morena por delante de cualquier partido.
La resistencia de los votantes del PRI que aún no se acostumbran a compartir espacios con su enemigo de antaño, también se explica a través de otro personaje: Adrián Ruvalcaba, un carismático político de cabello rubio, ojos azules, traje de corte recto y que lleva el pelo tan engominado como el ex presidente Enrique Peña Nieto.
Al igual que Santiago Taboada, intentó ser el candidato de la alianza Va por la Ciudad de México. No lo logró pero sí dividió los corazones de los priistas que querían un candidato de su partido.
Taboada y el PRI
Tres días antes del mitin en la alcaldía Benito Juárez, a petición del presidente nacional del PRI, Alito Moreno –un personaje polémico acusado por otros partidos de pactar con quien él considere el mejor postor– Santiago Taboada acudió a las instalaciones de un edificio emblemático: el Comité Ejecutivo del PRI, ubicado en la colonia Buenavista, un lugar donde aún abundan las paredes de madera, los marcos dorados y salones con los nombres de algunos ilustres muertos: como el José Francisco Ruiz Massieu, secretario general del partido que fue mandado a asesinar por otro de sus militantes, Manuel Muñoz Rocha.
Santiago Taboada llega tarde al arranque al “banderazo de salida a brigadistas” que se realiza el martes 30 de abril en el auditorio Luis Donaldo Colosio, un lugar de color café con paredes recubiertas de madera. Mientras adentro se afinan los últimos preparativos, afuera en una calle lateral los brigadistas van pasando por sus gorras, camisetas y banderas.
—¿Desde cuándo eres priista? —preguntamos a un joven brigadista.
—Yo no soy priista, me ofrecieron 500 pesos para venir desde Iztapalapa —responde.
Al parecer las prácticas de antaño del Revolucionario Institucional se han colado en la campaña que comparte con el PAN y el PRD, cobijados en la alianza Va por la Ciudad de México. Gorras, camisetas de cuello con botones y chalecos estilo reportero, todo en rojo. La mayoría de la gente confirma que viene de Iztapalapa, tierra de Clara Brugada , la contrincante de Santiago Taboada.
Adentro un auditorio a medio llenar, no más de 200 personas. Entre las gradas el señor Felipe, quien ha sido líder e impulsor del PRI en Iztacalco, explica que la alianza con el PAN era necesaria y que ellos impulsarán fuerte a Santiago Taboada, aunque no sea priísta. “Si nos aliamos con los perredistas que eran de extrema izquierda, que no lo hagamos con los panistas”, reflexiona. Ya le están organizando un gran evento al candidato en la alcaldía Iztacalco.
Santiago Taboada llegó con una chamarra roja. En el pódium, Alejandro Alito Moreno acapara la atención del candidato, le habla constantemente al oído. Mientras el presidente del PRI en la Ciudad de México, Israel Betanzos, dice que los brigadistas serán “el ejército” de Santiago en las calles. Una frase peligrosa.
Los gritos, los puños en alto del candidato quien desde su silla repite las porras “¡Vamos a ganar!” “¡Si se puede!”.
Finalmente, Santiago Taboada se acerca al pódium adornado con la frase “Priistas México”. Por esta ocasión no concentrará su discurso en la oposición en general, sino que alabará el compromiso que ha tenido el PRI en reforzar su campaña. Tiene que ganárselos en su propia casa.
Les pide todo su empeño a los jóvenes, y les asegura que esta es la gran oportunidad de cambiar las cosas en la ciudad, de que tengan una mejor calidad de vida. Taboada tiene más bien una voz cauta y se mantiene agarrado del estrado. Algunos se emocionan, otros tantos siguen mirando sus teléfonos celulares.
Le toca hablar a Alito Moreno y se adueña del auditorio. Toma el micrófono, se mueve de un lado a otro, la voz fuerte, las canas, el pantalón grisáceo, los zapatos de vestir brillosos, el copete levantado.
Empieza fuerte: «se viene el cierre de campaña, hay que ser firmes y contundentes. Hay que ir al territorio, bajo la lluvia, hay que partirse el lomo. Habla de los colores del partido, dice que son los de la patria».
En el auditorio, los jóvenes comienzan a ponerse de pie, levantan sus dos manos y graban con sus teléfonos. Alito despierta a los jóvenes que estaban chateando en sus teléfonos, sólo momentáneamente porque ahora procederán a subir sus videos a las redes sociales. Son un público complejo.
“¡No ha sido fácil porque estos cínicos, corruptos, sinvergüenzas de Morena están queriendo utilizar todo el apartado del Estado, presionar, amedrentar para asustar a nuestra gente porque saben que ya les ganamos la elección y nos estamos reafirmando como la primera fuerza política!”, dice frente a Santiago Taboada.
Los jóvenes gritan “¡sí se puede, ahora!”. Alito Moreno continúa y lanza un mensaje: “Desde aquí les decimos a este gobierno cínico y corrupto de Morena que Santiago siempre contará con el apoyo del PRI, que jamás lo van a doblar ni se va a echar para atrás”.
“¡Santiago, el PRI está contigo! ¡Viva México! ¡Vamos a ganar!”. Al final Taboada se excusa porque tiene otro evento y tiene que salir corriendo, casi no hay tiempo para convivir con los priístas. Alito se queda, le piden selfies, da entrevistas, consiente a su militancia.
Un candidato en su casa
Es jueves 3 de mayo y mientras Santiago, el tocayo del candidato, intenta balancear la bandera del PRI, cuenta: le prometieron 4 mil 500 pesos al mes por sostenerla durante todos los eventos del PRI. Pero ahora que escucha al candidato todos los días, la verdad es que le gustan sus propuestas. El problema es que aún no tiene 18 años y no puede votar.
Hoy es un día difícil para las candidatas de la oposición Clara Burgada y Claudia Sheinbaun porque se cumple un año más de la tragedia de la Línea 12 del Metro. El 3 de mayo de 2021 el paso elevado en la alcaldía de Tláhuac que sostenía la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México colapsó y murieron 27 personas. La jefa de Gobierno era Claudia.
Santiago Taboada y la candidata presidencial de su alianza, Xóchitl Gálvez, eligen este día para anunciar un pacto por la movilidad. Se reúnen en la explanada de la alcaldía Benito Juárez, una que quiere mucho a ‘Santi’ y por donde también corre la Línea 12 del Metro.
Pero el cielo traicionero se nubla repentinamente, llegan unas ráfagas de viento que hacen imposible manejar con destreza las banderas. Algunos se refugian en una pequeña carpita, otros se van.
Toda la propaganda electoral es azul y hay más mujeres que hombres en el evento: señoras mayores de 60 años son las más fieles seguidoras del candidato. Dicen que lo conocen desde chiquito, desde que andaba volanteando en las calles de la delegación por allá del año 2006. Se dirigen a él como abuelas cariñosas.
Para las 17:00 horas, Xóchitl Gálvez parece cansada. Santiago no, se le ve emocionado. En el público hay gente con movilidad reducida, quienes fueron invitados e intentan ver la tarima que se armaron, pero las fieles seguidoras de Taboada les impiden ver el acto.
Una señora muy simpática pide a todos los asistentes que cuando el candidato voltee, le tomen una fotografía, así tendrán al personaje de fondo. Ella trae los ojos delineados de color azul y, mientras sostiene un rosario de madera café, dice “que con el favor de Dios” pronto será alcalde y no volverá a ocurrir otra tragedia semejante como la del Metro.
El candidato del frente opositor habla de esa tragedia, se va fuerte, se siente cómodo: es su casa. Se mueve por el escenario, sonríe constantemente. Este Santiago Taboada es muy distinto al que estuvo en el PRI el martes pasado. Va vestido de blanco y su camiseta lleva un logo con una frase color azul, no hay rastros del rojo. El cambio viene, dice, y le dice a Xóchitl Gálvez que se lució en el debate presidencial. Inicia una porra: “¡Xóchitl presidenta!”.
Promete una Ley del Metro, hecha por un órgano colegiado que actúe no con ocurrencias, y que traerá gratuidad para estudiantes menores de 15 años. La gente le aplaude. Las señoras, acompañadas de sus hijas, se emocionan. Dice que no quieren una víctima más en el transporte de la ciudad. Grita “¡porque vivos los queremos!”, una consigna histórica de la izquierda.
Otras vecinas paradas más atrás, intentan grabarlo con sus celulares pero tienen que pedir ayuda, no saben cómo activar la cámara de video en lugar de la foto. Se acomodan los lentes, intentan seguirle el paso con las porras. Se cansan y empiezan a retirarse a las bardas de la plaza para intentar sentarse.
Casi para el final llegan más jóvenes con banderas del PRI y con un megáfono que empiezan a rivalizar con las porras panistas: “¡No que no!, ¡sí que sí!, vamos todos con el PRI”, las mujeres que se sientan al costado no pueden esconder una mueca de desaprobación.
El evento termina y justo ahí en la plaza también está la entrada a la estación del Metro Parque de los Venados, pero mucha gente no ingresa por ahí, sino que se va caminando o se dirige a sus coches en los que llegaron. Para cerrar el mitin los organizadores ponen a todo volumen la canción que los panistas han adoptado en las campañas electorales, Color Esperanza, de Diego Torres, la misma que usó AMLO en comicios anteriores.
El señor Óscar, un vecino de unos 60 años, vive desde hace dos décadas en la alcaldía Benito Juárez y explica por qué votará por Santiago Taboada. Dice que están viviendo con desesperación, que como padre de familia puede decir que las cosas ya no son como antes, como en los viejos tiempos, sobre todo después de la pandemia. No alcanza y después de seis años puede decir que Morena no cumplió.
“Aquí la gente a la una, dos de la mañana puede caminar con su mascota sin ningún problema”, y eso fue un logro de Santiago Taboada, dice. Para él, el modelo de seguridad de la Benito Juárez tiene que replicarse por toda la Ciudad de México.
Óscar Valencia es concejal de la alcaldía Tláhuac, vino desde allá para apoyar al candidato. Se confiesa: siente más cercanía con Santiago que con Xóchitl, porque él ha sido panista toda su vida y eso los representa. No entiende por qué a veces la gente dice que el PAN es un partido distante, que tienen empresas, que son ricos, cuando son humanistas, no derechistas.
Cerca de la tarima, Alejandro de 23 años y Silvana de 21 años, él estudiantes de la Ibero y ella del Centro Universitario Incarnate Word, recogen banderas del PAN. Alejandro dice que votará por Santiago porque Morena no hizo nada con el tema del Periférico; él tiene coche y dice que esta vialidad se encuentra en terribles condiciones.
Alejandra vive en la Cuauhtémoc y dice que Santiago es la mejor opción pues no quiere que su alcaldía se convierta en un Zacatecas, manejado por los corruptos de la familia Monreal.
La gente se va y en las escaleras se han reunido un grupo de señoras de unos 70 años que estaban desperdigadas por aquí y por allá durante el mitin. Parecen amigas de toda la vida. Y así es, al preguntarles explican que han estado en todas las campañas de Santiago Taboada, desde que comenzó a postularse a puestos públicos. Estas mujeres de verdad lo quieren.
La señora Lupita dice que votará por toda la alianza sólo por Santiago Taboada, a quien conoce desde adolescente. Explica que él siempre ha estado preocupado por la seguridad en la alcaldía. Se sincera y dice que jamás lo haría por Morena ya que una persona cercana murió en el accidente del Metro. Su voto es inamovible.
Ahí también están Consuelo, una modista jubilada, la señora Silvia, Natalia, quien trabajó en Comunicación Social durante la gestión de Alejandro Encinas como jefe sustituto de gobierno capitalino.
La señora Silvia parece de más de 70 años y es la más platicadora: “Sí ha cumplido todo lo que promete, escucha a todas las personas y las atiende, y mira que he vivido aquí toda la vida”. Otra mujer la interrumpe: “¡Amo a la Benito Juárez!”.
Dice que Taboada sí ha cumplido con lo que promete, escucha y atiende. “Volvimos a votar por él y todo su equipo, trabaja increíble”. Más halagos para ‘Santi’, como lo llaman ellas también.
Hablan de Clara y de Claudia. “Son corruptos, narcos”, dice otra. “Son mentirosos, absolutamente mentirosos y abusivos”. Empiezan a hablar muy rápido, se pisan entre ellas. Dicen que hay gente de otras colonias que se desplazan a lugares donde les conviene robar y asaltar, pero “eso no va a pasar aquí”, interrumpe otra mujer del grupo. “Pues aquí empezaron a llegar los narcos pero Santiago no los dejó”, dice otra.
Sobre la alianza con el PRI: “Yo soy parienta de Lázaro Cárdenas del Río”, dice Natalia, y asegura que también hay gente honesta. Consuelo la modista se acomoda un chal muy bello y remata: “Dios estará con él”, aunque inmediatamente se da cuenta que en medio de esta elección, sus palabras pueden ser mal interpretadas: “Pero no somos mochas ¿eh?”.
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