Por José Jaime Ruiz
Azul, es tu inocencia que quiero entender,/ tu príncipe azul yo seré… // Cristian Castro / “Azul”
Todavía no se sienta en la silla de cristal y ya sueña con entronizarse en la silla de cantera. Adrián de la Garza entiende mal los tiempos. Su elección como alcalde de Monterrey se encuentra en entredicho, sigue en los tribunales y su entorno postelectoral, con la humillación del voto en contra de Xóchitl Gálvez y la extinción del PRI de Alejandro Alito Moreno, lo encuentra desamparado, damnificado. Y, sin embargo, su rojo PRI se convierte en azul PAN.
EL PRIAN se agotó nacionalmente. Ni siquiera hubo divorcio, un matrimonio mal avenido agarra sus bártulos, el hatillo, y se larga, aunque deje en la casa en ruinas, o en la fosa, la infantil decrepitud del PRD. Experto en secuestro electoral y en tortura a secas, el binomio Francisco “Sin Fuero” Cienfuegos y Adrián de la Garza asume al PAN, de plano, como su nueva propiedad. El desmantelamiento del PRI en Nuevo León se dio por obra y desgracia de Rodrigo Medina de la Cruz, Adrián y Paco Cienfuegos.
¿Qué elección importante ganó el PRI en Nuevo León? Ninguna. Su mayor proeza fue Apodaca, pero Apodaca se nombra César y se apellida dualmente Garza. El PAN sólo conservó, cada vez más frágil, el municipio de San Nicolás. San Pedro ya no es panista, es mauricista. En el estertor de su muerte cerebral, el PRIAN aún quiere negociar la gobernabilidad de Nuevo León. Incautos, ingenuos, la nueva composición municipal y el rejuego de sillas en el Congreso fragmentará y demolerá la influencia política del PRIAN en la administración y gobernación del estado.
El PRI de Rodrigo Medina, Adrián de la Garza y Cienfuegos murió y ahora quiere resucitar con el oxígeno azul. En un entorno hostil de ciudadanos y nueva clase política liderada por Movimiento Ciudadano y Morena, Adrián sueña en el 2027. Después de Sócrates Rizzo, existe una maldición: ningún ex alcalde de Monterrey ha sido gobernador electo del estado de Nuevo León, pero esa es otra historia y habrá que contarla en otra ocasión.
