“A quien corresponda: Los archivos de la Agencia Federal de Investigación Noir (A.F.I.N.) han registrado la infiltración de detectives o investigadores privados, amateurs y profesionales, desde la segunda década del siglo XX”, así arranca Expedientes desclasificados del género negro : Detectives e investigadores Privados (Redrum); informó MILENIO.
El escritor José Salvador Ruiz reveló a MILENIO los orígenes de algunos de los detectives e investigadores privados de ficción más famosos de México, como Héctor Belascoáran Shayne, Mala Suerte, Elena Rubio, Joaquín Cisneros, Santos Mondragón, Dominico Hidalgo, Matilde Bremen y Eddy Tenis, de tan solo 24 años de edad y oriundo de Neza.
¿Por qué reuniste a estos personajes?
La idea original fue de mi compañero José Juan Aboytia y el editor Naum Torres. Básicamente nos comunicamos con escritores del género negro que tuvieran como personajes a detectives o policías para crear una especie de fichas o interrogatorio, como si estuvieran en la cárcel y los hubieran torturado. Así cada autor llenó una planilla y contestó las preguntas, algunos más profundamente y otros no.
¿Cuántos autores participaron?
Quince respondieron, nos mandaron todo lo que les pedimos, menos uno, Taibo II, quien no lo hizo directamente, fue Kike Ferrari, un escritor argentino que conoce su obra y son cercanos. En el libro hay 16 fichas de interrogatorios con detectives ficticios de la literatura mexicana, una semblanza de cada escritor y se señala donde aparece cada personaje.
«También surgió la idea de que el autor nos describiera físicamente a su detective para crear una imagen por medio de inteligencia artificial. El libro está acompañado de dibujos con dichas descripciones y algunas sorpresas.
¿Cuándo nació el primer detective mexicano?
La primera mención o aparición de un detective ficticio en la literatura mexicana está entre 1917 y 1924, un tal Pancho Reyes, y se publicó en la Librería de Quiroga de San Antonio, Texas. Ese detective tuvo su primer caso cuando era un joven preparatoriano que se codeaba con los hijos de familias aristócratas porfiristas allá por el año 1897 y tenía como apodo El tejón.
¿Qué distingue a la novela negra mexicana?
Considero que la impunidad. Carlos Monsiváis en los años 70 decía algo que lo retomaron muchos, que en México no funcionaría la novela policiaca porque las personas no creían en la justicia, pero pienso que estaba definiendo la novela negra mexicana actual, es decir, la falta de justicia y de la impunidad en todos los niveles, que es un reflejo de la realidad.
¿Hay escritoras en el libro?
Tenemos a dos autoras, una de ellas creó a un personaje que se llama Elena Rubio, no es la típica detective privada, es una ingeniera que entra en la investigación involucrándose por su cuenta para resolver el caso. La otra es Marta Vidrio, que diseñó a Matilde Bremen. Es una mujer muy preparada académicamente y se dedica a investigar profesionalmente en Guadalajara.
¿Esta idea da para una serie?
Era un poco caótico el proyecto inicial porque teníamos revueltos a los policías con los criminales, los detectives, los periodistas que investigan. Pero hablando con Nahum, pensamos en comenzar con detectives privados, el segundo tomo será de agentes de policía, como El Zurdo Mendieta de Élmer Mendoza. Un tercero va a cubrir a la sociedad civil que investiga, al padre que le secuestran a su hija y a la policía que le vale madre. Y un cuarto tomo que se enfocaría en aquellos personajes que son criminales, sicarios, ladrones, esos personajes de la literatura negra mexicana.
¿Hay un boom de la novela negra en México?
Es así desde hace unos años y se nota en la creación de premios especializados. Surgieron encuentros con escritores de novela negra en Querétaro, San Luis Potosí. Otro aspecto que nos da a entender que en efecto hay un boom, es la participación de muchas escritoras que están publicando y que incluso han ganado premios, como Tania Tinajero, quien con Un acto de amor, su primera novela, se llevó el Premio Una vuelta de tuerca 2022.
«Esto nos indica que la novela se está transformando. A veces, algunos escritores no se identifican dentro del género, pero su temática se alimenta de la realidad del país que es muy violenta y su novela puede ser leída como novela negra.
El libro más reciente de Ruiz es 25 dólares por día, una novela noir protagonizada por un investigador de los años 40 que vive en Los Ángeles y tiene que huir a Tijuana y Mexicali, donde conoce a Philip Marlowe, el detective clásico de Raymond Chandler, uno de los escritores más importantes del género.
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