Por José Jaime Ruiz
That cold black cloud is comin’ down… // Bob Dylan / “Knockin’ on Heaven’s Door”
La destrucción también se construye. Ni el presidente Andrés Manuel López Obrador ni la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, se reunirán con Norma Piña. Para reunirse con los magistrados y el Cártel de la Toga están la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde (próxima dirigente de Morena) y los legisladores, a los que tanto desprecian como poder los del Poder Judicial.
Peregrinos circulares en sus errores, piden que les abran las puertas de Palacio Nacional, como la derrotada Xóchitl Gálvez, les tumban las puertas de su asamblea, como a Alejandro –no Alito sino Delito– Moreno o, después de tener oídos sordos a las reformas judiciales, ruegan que les abran las puertas del diálogo, como lo manifestó Norma Piña, la presidenta del Cártel de la Toga:
“Quiero aprovechar esta oportunidad para invitarlos a sumarse a este diálogo plural y a que nos abran la puerta para que podamos compartirles los hallazgos de este encuentro nacional, y analizar cómo afecta la reforma no solo el futuro de la justicia, sino de todo nuestro país”.
La reforma afecta los privilegios y los amarres del Cártel de la Toga, ese poder judicial que, como bien afirma López Obrador, es un instrumento al servicio de una minoría, es un poder faccioso. Ensoberbecida, en su primer evento público con Andrés Manuel, la presidenta de la Suprema Corte se quedó sentada. En diciembre del año pasado conspiró con Alejandro Moreno para diseñar el lawfare haciéndose del Tribunal Electoral. Ambos están derrotados. En la sincronía de su desastre, siguen siendo amigos y aliados.
Alguna vez Hans Kelsen se preguntó “¿qué es la justicia?”. Y escribió que la democracia no puede defenderse renunciando a sí misma. De eso se trata, de la democratización. La doctora Sheinbaum, científica, tal vez podría estar de acuerdo con Kelsen: “Como la democracia es por su naturaleza íntima libertad y la libertad significa tolerancia, no existe otra forma de gobierno más favorable para la ciencia que la democracia”. Para Kelsen la justicia “es aquella bajo cuya protección puede florecer la ciencia y, con la ciencia, la verdad y la sinceridad. Es la justicia de la libertad, la justicia de la paz, la justicia de la democracia, la justicia de la tolerancia”.
Esas puertas de la democracia hacen de la transformación una transformación con dimensión social. Las puertas de López Obrador y Claudia Sheinbaum están cerradas para Norma Piña y el Cártel de la Toga. Las puertas del basurero de la historia, abiertas para Alejandro Moreno.