Por Efrén Vázquez Esquivel
La base constitucional para obtener la mayoría absoluta en las elecciones de 1988, para apuntalar las reformas que pedía la construcción del Estado neoliberal, fue la cláusula de gobernabilidad; de inspiración fascista, ya que fue Mussolini el primero que la instituyó en 1923 para crear una sobrerrepresentación parlamentaria.
Dicha cláusula, contenida en el Artículo 54, ordenaba, violando los principios centrales de la teoría de la democracia, que al partido que en la elección alcanzara el mayor número de votos válidos debía otorgársele el número suficiente de diputados para que alcanzara la mayoría absoluta.
Los principios democráticos nucleares violados por dicha cláusula, instituida en el sexenio de Miguel de la Madrid, eran: el de mayoría; el de igualdad de elección y el principio de que la soberanía nacional reside en el pueblo. Además se desnaturalizó el principio de representación proporcional, al que me referiré mañana.
Del principio de mayoría se deriva que el número de escaños que cada partido tenga en el parlamento debe corresponder, en términos reales, no formales, a la fuerza política real que cada uno tenga en el cuerpo electoral.
De ahí que al derivar un juicio de hecho de una fórmula matemática subrepticiamente establecida para por medio de la sobrerrepresentación burlar el principio de mayoría se cae, sin duda, en una falacia no formal; es decir, en un falso argumento que yo llamaría falacia de la sobrerrepresentación.
El principio de igualdad de elección se violó porque, al otorgarse al PRI diputados de representación proporcional suficientes para que alcanzara la mayoría absoluta, a estos votos se les atribuyó un valor superior que a los votos de los ciudadanos que favorecieron a otros partidos.
Y como consecuencia de la sobrevaloración de los votos a favor del PRI, la soberanía nacional se transfirió del pueblo al partido, violándose el principio de que la soberanía radica en el pueblo. Sin duda, en 1988 el PRI obtuvo mayoría absoluta por medio de la falacia de la sobrerrepresentación para impulsar el Estado neoliberal.